La sobrevivencia en el capitalismo es tan cuadriculada y monótona que no difiere demasiado de la cruda cárcel; la ciudad, los horarios, el trabajo, el estudio, la familia y un sinnúmero de organismos opresivos nos asfixian de manera que a veces pareciera que estuviéramos en algún gran módulo carcelario. Cámaras […]