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Nunca nos hemos preocupado por el linchamiento de los medios de comunicación y por la represión policial que ha estado golpeando a los anarquistas y a los amigos de Fuoriluogo durante años, no sólo porque sabemos que en Bologna a quien luche contra las injusticias de este mundo se le inflige el mismo trato (hostigamiento, controles diarios, escuchas telefónicas, allanamientos y detenciones), sino también porque a pesar de todos estos obstáculos siempre hemos seguido nuestro propio camino, con nuestras iniciativas y el espíritu libertario animándonos.
El 6 de abril, la policía llevó a cabo un increíble montaje político-judicial creado sobre el supuesto cargo de crimen organizado con fines de subversión del orden democrático en contra de una treintena de anarquistas y anarquistas no vinculados con Fuoriluogo, a quienes les fueron infligidas medidas represivas de varios tipos: prisión a cinco de ellos, considerados como organizadores y promotores de una asociación inexistente, y otros 7 obligados a permanecer lejos de Bolonia y a no salir de sus ciudades de residencia.
Es uno de los muchos montajes destinados a golpear a las formas más diversas de agrupación entre individuos y por lo tanto a sus luchas sociales.
Es un vil montaje, que supone negar los espacios y las energías a todos aquellos que expresan una hostilidad real hacia este mundo.
Es un vil montaje, que demuestra una vez más la tendencia de esta sociedad para crear un régimen destinado a la destrucción de todas las experiencias de autoorganización y autogestión y bajo la cual un día incluso una huelga de trabajadores será considerada subversiva.
Este montaje político no será suficiente ni para detenernos ni para detener las luchas sociales. Vamos a seguir diciendo que los centros de detención de extranjeros son campos de concentración nazis, que las prisiones son instrumentos de explotación, que los soldados son mercenarios y que los ejércitos y las guerras no son más que formas criminales de saqueo de recursos a otros países.