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Soy Constanza Domínguez madre de Francisco Solar Domínguez recluido actualmente en la Cárcel de Máxima Seguridad por el caso bombas. Todo este proceso ha estado bañado de dolor e impotencia y reviste problemáticas claras en términos de fondo y también en forma.
Como expresé claramente en carta a la Primera Dama Cecilia Morel y la que salió en cartas al director del diario El Mostrador, enviada por mi marido Francisco Solar R., esgrimimos todos los puntos relacionados con el fondo de este penoso asunto. Sin embargo, también deseo manifestar ciertos aspectos conectados con la mera forma que han adicionado elementos muy tristes y tal vez innecesarios.
Entiendo que la comida, que con tanto cariño y preparación se lleva, deba ser hurgada y prácticamente destruida en la búsqueda de contrabandos indeseables. Que las mujeres sean sometidas al vejamen de ser inspeccionadas atropellando su dignidad. Que el lenguaje carcelario explicite constantemente que tu ser querido ya no te pertenece sino que constituye una pieza del estado, carente de individualidad y determinación. Todos estos obstáculos son sorteados una y otra vez porque el amor por un hijo supera y compensa cualquier mortificación personal.
Sin embargo, entre las barreras instaladas entre mi hijo y yo no hubo ninguna tan cruel y vana como la utilización del locutorio. Es necesario sentir lo que es esperar con ansias durante una semana para quedar brutalmente detenida por un muro físico que representa toda la incomprensión del sistema, el abuso de un poder absurdo y el enorme dolor de no poder tocar, abrazar y sentir en toda su extensión a una persona que se tiene profundamente internalizada, tanto como durante el período de gestación. Mi pregunta es: ¿qué contribuye el uso del locutorio? ¿resulta imprescindible la tortura psicológica más allá de la física y la privación de libertad? ¿hasta donde el castigo se extiende a todos aquellos que aman al interno?
¿Cómo en este devastador cubículo inhumano puedo limpiar una lágrima, dar un apoyo o simplemente escuchar con claridad? ¿Hasta este punto se hace extensivo el castigo? No sé cuanto tomará este proceso pero si valoro las líneas de reflexión y unidad que se entrelazan anexas al mismo. Estas instancias deseo que permanezcan en la conciencia después que Francisco haya vuelto a nosotros y serán los frutos de riqueza que este desalmado proceso otorgue.