Compañerxs, dejamos a disposición un documento realizado por varixs anarquistas rusos exiliadxs, cuyo documento fue realizado en París en 1927 y publicado nuevamente en la revista Noir et Rouge, París, 1968. Estos textos son para su lectura, análisis y discusión, sin dejar de lado que los distintos escritos son en contra de aquellos que convierte la anarquía en un Ismo, con una estructura burocrática y como una alternativa al capitalismo. A la par recomendamos leer otro artículo (ANARQUÍA PROFESIONAL Y DESARME TEÓRICO: SOBRE INSURRECCIONALISMO) respecto al insurreccionalismo y la crítica a esta postura que en los últimos años ha tenido un mayor protagonismo en los medios de comunicación capitalistas. Como página apostamos por la anarquía sin ningún tipo de apellido o apelativo, libre sin ningún tipo de autoritarismo, por eso apostamos a estos textos. Salud y Anarquía.
No estamos de acuerdo con la afirmación de la Plataforma (que la causa principal y mas importante se encuentra en la ausencia de principios organizativos). Consideramos muy importante este desacuerdo puesto que sobre esto la posición de la Plataforma provoca en los camaradas una tendencia a buscar una organización centralizada (un partido) que efectivamente podra establecer una línea política y tactica en el movimiento anarquista. Precisamente esta condición implica una sobreestimación de la importancia y del papel de la organización.
Queremos subrayar que no estamos en contra de una organización anarquista; estamos conscientes de todo el mal que hizo la desorganización en el movimiento anarquista; consideramos que la creación de una organización anarquista es una de nuestras tareas mas urgentes … Pero no consideramos que la organización, como tal, pueda curar y arreglarlo todo, dicho de otro módo, no exageramos su importancia y no vemos ni el provecho ni la necesidad de sacrificar los principios y las ideas del anarquismo ni siquiera para la organización.
En cuanto a las razones que causan la debilidad del movimiento anarquista, resaltamos varias:
1) La confusión que existe en nuestras ideas relativa a una serie de posiciones fundamentales, por ejemplo, la concepción de la revolución social, de la violencia, la creatividad de las masas, el período de transición, la organización, etc.
2) Las dificultades que se presentan para que una gran parte de la población acepte nuestras ideas. Tomando en cuenta los prejuicios, las costumbres, la educación. Sobre todo la costumbre intelectual, afectiva, de imaginación de la gran masa quien primero busca el acomodamiento en vez dé un cambio radical.
3) La represión.
LA SINTESIS ANARQUISTA
Tampoco estamos de acuerdo con las concepciones de la Plataforma sobre la síntesis (conglomerado mecanico). Los autores proclaman que la única teoría valida es la anarquista-comunista, tomando una posición crítica y mas o menos negativa frente a las teorias anarquistas individualistas y anarco-sindicalistas.
Mientras que nosotros repetimos, aunandonos a NABAT (Organización de los anarquistas ukranianos en 1917-1921) que en todas las tendencias anarquistas existen posiciones justas … Entonces es preciso considerar todas estas diversas tendencias y aceptarlas. Es menester unir a todos los militantes buscando una base común para todos, viendo lo que es justo en cada concepción, para poder elaborar una Plataforma de unión. Existen varios tipos de tal Plataforma, como La Declaración de la Conferencia de NABAT, en Koursk, las resoluciones de las otras conferencias anarquistas de esta epoca, etc. Estos son algunos extractos de la Resolución del 1er Congreso de la Confederación de las Organizaciones Anarquistas de Ukrania NABAT, que tuvo lugar el 2 de abril de 1919 en Elizabethgrad, Ukrania:
… nuestra organización no representa una alianza mecanica de diversas tendencias, cada una considerando sólo su punto de vista, y por lo tanto impotente para realizar una ayuda ideológica a la población laboriosa, sino que es una unión de compañeros reunidos, primero, a partir de una analogía en los principios, al menos sobre algunas posiciones de base; segundo, con la conciencia de la necesidad de un trabajo colectivo planificado y organizado (del tipo federación).
EL ANARQUISMO COMO TEORIA DE CLASES
También en este caso es preciso aplicar el metodo de síntesis. En vez de afirmar que el anarquismo es una teoría de clase y criticar a los que intentan darle un caracter humanitario, o afirmar, como otros, que el anarquismo es el ideal humanitario de todos los hombres, y acusar de desviación marxista cualquier tendencia que le atribuye un caracter de clase, o en fin, en vez de afirmar que el anarquismo sólo es una concepción individual que no tiene nada en común con la humanidad en general, ni con la clase en particular. Es preciso hacer una síntesis y decir que el anarquismo contiene tanto elementos de clase, como humanismo y principios individualistas. Lo que es todavía mas importante, es intentar determinar de una manera teórica y practica, el lugar, el papel y la importancia de cada uno de los elementos en la concepción general del anarquismo.
Sostener que el anarquismo no es mas que una teoría de clase, corresponde a afirmar un solo aspecto de este, es un monismo, cuando el anarquismo es mas complejo, sintetico, pluralista como la vida misma. Su elemento de clase es, sobre todo, su metodo de lucha por la liberación; su caracter humanitario, es el aspecto etico, es la base de la sociedad; su individualismo es el fin del hombre.
PAPEL DE LA MASA Y PAPEL DEL ANARQUISMO EN LA LUCHA SOCIAL Y LA REVOLUCION SOCIAL
Sobre este punto, la tesis de la Plataforma puede resumirse así: la necesidad de dirigir a las masas y los acontecimientos. No hace mucho, en nuestros medios predominaba la tesis contraria: los individuos y la minoría consciente, así como sus organizaciones ideológicas no pueden dirigir a las masas, debemos aprender constantemente de ellas si no queremos desembocar al vacío. De esta manera es como se encaraba este problema. Esta solución era, es preciso decirlo, una actitud muy superficial y falsa, pues el problema esencial, no era resuelto; la solución concreta de la cuestión quedaba sin respuesta: la relación entre las masas revolucionarias y la minoría consciente o su organización ideológica.
Claro esta que los partidos políticos tienen esta ventaja sobre nosotros: para ellos esto no se plantea, su solución es:
– la necesidad de dirigir a las masas y los acontecimientos;
– para esto es necesario que la iniciativa provenga de una minoría consciente, separada de las masas;
– esta colectividad debe ser organizada a través de un partido;
– es este partido el que toma la inciativa en todos los campos, incluyendo los de la revolución social.
Y vemos que los autores de la Plataforma adoptan una posición muy parecida. Pero prefieren comenzar tomando algunas precauciones: la dirección ideológica de los acontecimientos revolucionarios y de los movimientos revolucionarios, en ningún caso, debe ser entendida como una tendencia de los anarquistas a apropiarse la construcción de la nueva sociedad.
En la Plataforma, la idea de la necesidad de dirigir a las masas esta estrechamente ligada con la de partido, de línea política bien definida, de programa determinado, de necesidad de dirigir el movimiento sindical, de necesidad de una dirección política de las organizaciones, destinadas a luchar con la contrarrevolución. Así leemos en la Plataforma:
La unión anarquista como organización de la revolución social descansa en las dos clases principales de la sociedad actual: los obreros y los campesinos … Debe desarrollar todos sus esfuerzos para convertirse en el pionero y en el guía ideológico de las organizaciones sindicales.
Por consiguiente vemos un conjunto de concepciones que nos permiten imaginar la forma concreta de esta dirección política y social de las masas y los acontecimientos, el mas alto: el partido dirigente (Unión General); un poco mas abajo: las organizaciones superiores de los obreros y de los campesinos, ellos mismos dirigidos por la Unión; todavía mas abajo: las organizaciones de base, las organizaciones de combate de la contrarrevolución, el ejercito, etc.
En cuanto a nosotros, no atribuimos a los anarquistas ninguna misión de dirección de las masas, consideramos que su vocación consiste únicamente en ayudar a las masas, y sólo cuando estas últimas necesitan de una ayuda.
Concretizamos todavía mas nuestra posición: en las organizaciones de masas, de caracter económico y social, los anarquistas forman parte de la masa. Actúan, construyen, edifican con ella. Ahí un inmenso campo de acción se abre para ellos, a traves de una actividad inmediata, ideológica, social y creadora, bajo la condición de que en ningún caso se coloquen a un nivel mas alto que los demas. Ante todo deben limitarse a la influencia ideológica y etica, libre y natural, sobre el medio que les rodea.
Los anarquistas, con sus organizaciones específicas (grupos, federaciones, confederaciones), sólo pueden aportar una ayuda ideológica, y no el papel de dirigentes. La menor idea de dirección, de superioridad, la menor pretención para dirigir a las masas y los acontecimientos, lleva inevitablemente a la necesidad, para las masas, de aceptar esta dirección, de someterse a ella; y esto por otra parte lleva a los dirigentes a una concepción de privilegiados, de dictadores, de separación de las masas, etc. En otros términos, aplican los principios del poder, lo que esta en contradicción no sólo con lo esencial del anarquismo, sino tambien con nuestra concepción de la revolución social, que para ser verídica debe ser la expresión de la libre creación de las masas, sin ser acaparada por grupos ideologicos y políticos.
EL PERIODO DE TRANSICION
Si verbalmente la Plataforma rehusa el principio del periodo de transición, en realidad lo acepta; aún mas, si la Plataforma aporta algo original es precisamente sobre este punto, en el desarrollo detallado de la idea de un periodo de transición. Lo demas no es mas que un ensayo de justificación de esta idea; un esfuerzo para que los anarquistas se acostumbren a esta idea.
En el fondo no se puede acusar a alguien de pretender defender una idea. Así, algunos anarquistas-sindicalistas rusos defendieron abiertamente esta misma idea hace algunos años. Pero lo que es característico de la Plataforma, es que sus autores no defienden abierta y sencillamente la idea del periodo de transición. Esta vacilación, esta aceptación condicionada, y al mismo tiempo este rechazo también condicionado son muy molestos pues impiden una discusión franca y consecuente. Por ejemplo, sobre la cuestión de la mayoría y de la minoría en un movimiento anarquista, declaran: en principio consideramos … (sigue la concepción clasica) … pero sin embargo, en ciertos momentos puede ser que … (sigue el compromiso) …
Pero lo que es cierto es que la vida no se hace en momentos. Otro ejemplo:
Consideramos que las decisiones de los soviets seran realizadas en la vida social sin decreto ni coerción. Pero estas decisiones deben ser obligatorias para todos los que las han aceptado, recurriendo a sanciones en caso de rehusarse.
Pero entonces se debe comenzar por la coerción, la violencia, la sanción.
La Plataforma escribe:
Porque estamos profundamente convencidos que la aceptación de un gobierno llevara a la revolución hacia un fracaso, y a las masas hacia una nueva esclavitud, debemos aplicar en consecuencia lógica, todas nuestras fuerzas para que la revolución tome una vía anarquista … Pero antes, debemos constatar que nuestro método artesanal de trabajo, por pequeños círculos y pequeños grupos ya no es capaz de ayudarnos a cumplir esta tarea, por lo tanto, los anarquistas deben ponerse previamente de acuerdo entre sí en sus organizaciones específicas.
Pero es la Unión Anarquista la que dirigira y decidirá en caso de desacuerdo. Ahí esta a lo que se reduce toda la cuestión. Volvemos a encontrar la misma contradicción respecto a la defensa de la revolución:
¿Políticamente, a quien obedecera el ejercito? Pues los trabajadores no representan una única organización, probablemente formaran varias organizaciones económicas. El ejercito debera obedecer a estas organizaciones económicas. Entonces, si se acepta el principio de un ejercito, tambien hay que considerar y aceptar el principio de obediencia del ejercito a organizaciones económicas de los trabajadores y de los campesinos …
¡Entonces es el periodo de transición!
Y a propósito de la libertad de prensa, de la libertad de palabra, veamos lo que opina la Plataforma:
Sin embargo puede haber momentos específicos en que la prensa, para que no sea utilizada nefastamente, sera limitada en parte, en interes de la revolución.
¿Pero quien juzgara cuales son esos momentos específicos? ¿Quien juzgara cuales deben ser esos límites? Siempre sera el poder, aunque se le de otro nombre.
En relación al principio anarquista: De cada quien según sus capacidades, a cada quien según sus necesidades, la Plataforma opina:
Este principio es la piedra de toque de todo el anarquismo-comunista. Pero es una concepción de principio: en su realización, dependera de las actividades practicas realizadas desde los primeros días de la revolución social.
Ahí estan de nuevo los peros, los famosos peros. ¿Entonces que es el periodo de transición?
Para nosotros es claro y lógico: la idea de la necesidad de dirigir a las masas y los acontecimientos presupone inevitablemente la incapacidad de las masas para dirigir los acontecimientos, y por consiguiente la necesidad de existencia de los elementos de poder y de un periodo de transición. Mientras, nosotros consideramos que lo esencial de la revolución social esta precisamente en el papel de la masa de los trabajadores que, precipitada en el colosal proceso de destrucción social preparado por su propia experiencia histórica previa, puede al fin realizar libre, consciente y activamente esta sociedad libre.
LA PRODUCCIÓN
¿Cómo encarar la producción? ¿Será centralizada y planificada, como la práctica bolchevique o, al contrario, será demasiado descentralizada sobre una base federalista?
Es la más importante cuestión. Los autores de la Plataforma escriben:
Las funciones de organización de la producción serán asumidas por organizaciones creadas por la masa de los trabajadores -soviets, comités de fábrica, etc. Estas organizaciones ligadas entre sí mediante federaciones, dirigirán y organizarán la producción en las ciudades, las regiones y las naciones. Estarán estrechamente ligadas a las masas quienes la eligirán, controlarán y renovarán directa y constantemente.
Entonces la Plataforma acepta el sistema centralizado y mecánico, aportándole una sola corrección de elección.
Pero esto no es sufíciente, no pensamos que cambiando el nombre administrativo por una elección, se cambia gran cosa; jamás se animará un proceso mecánico y muerto. Para nosotros, la participación de las masas de la población no debe limitarse únicamente a la función de elegir, sino que consiste en una participación directa e inmediata en la realidad de la producción, organizando ella misma el proceso productivo.
Por principio no estamos en contra de los comités (comités de fábrica, comités de taller), ni contra la necesidad de un enlace y de una coordinación entre sí. Pero estas organizaciones pueden tener un aspecto negativo: inmovilismo, burocracia, tendencia al autoritarismo que no cambiará automáticamente aunque se aplique y se exija el cumplimiento del principio de elegibilidad. Nos parece que una garantía más segura reside en la existencia de una serie de otros organismos más móviles, hasta provisorios, creándose y multiplicándose según las necesidades que correspondan a otras múltiples necesidades humanas y a otras actividades. Así, además de las organizaciones de producción, habrá seguramente organizaciones de distribución, de consumo, de habitat, etc. Todo esto representa una imagen más rica y más fiel de la complejidad de la vida social.
LA DEFENSA DE LA REVOLUCION
Ahí está como encara la Plataforma este problema:
En los primeros días de la revolución social, las fuerzas armadas están formadas por todos los obreros y campesinos armados, en fin, por el pueblo en armas. Pero esto sólo en los primeros días, cuando la guerra civil no ha alcanzado su punto culminante, y sus combatientes no han coordinado aún su organización militar. Pero a partir de estos primeros días, las fuerzas armadas de la revolución deben unificarse en un ejército de la revolución con su mando general y su plan general de operación. Esta organización de la lucha con la contrarrevolución, ya sea en frente abierto, ya sea en guerra civil, se encuentra bajo la dirección de las organizaciones productoras de los obreros y de los campesinos, aceptando su dirección política.
Ahí vemos dos errores: uno técnico, otro político. El error técnico consiste en la siguiente afirmación: sólo un ejército centralizado es capaz de defender la revolución.
Para evitar toda confusión, diremos que consíderamos también como errónea la afirmación opuesta: sólo unidades aisladas, locales, sin enlace entre sí pueden garantizar el éxito de la revolución.
Un mando demasiado centralizado que elabore un plan de acción general puede desembocar en catástrofes, pero acciones sin ningún enlace entre sí son también ineficaces. Los defectos del primer sistema son evidentes al no tomar en consideración las condiciones locales, la pesadez del aparato, el rechazo de toda iniciativa local o individual, la tendencia del centro a considerarse infalible, la prioridad de las especializaciones profesionales, etc.
Los defectos del segundo sistema son todavía más evidentes.
¿Cómo resolver estos problemas y evitar estos defectos?
Consideramos, sobre todo a la luz de la experiencia rusa, que lo esencial consiste en la participación armada de la masa de los trabajadores, no sólo en los primeros días, sino durante todo el proceso de acción revolucionaria. Es preciso insistir sobre formaciones locales, partidarios obreros y campesinos, con la condición de que su acción no quede aislada, fragmentada, sino que esté coordinada en una accion común. Y aún cuando la situación exige formaciones armadas más grandes, no es el mando central, sino la unidad combatiente que es esencial, al poder adaptarse más fácilmente a cada cambio de condición y, así poder aprovechar cada situación imprevista.
No hay que olvidar que en la revolución rusa, durante la lucha contra las fuerzas de la reacción: Denikin, Koltchek, Wrangel, etc., siempre y ante todo, fueron las unidades de partidarios quienes consiguieron la victoria, mientras que el ejercito central, con su mando y su plan estrategico pre-establecido, siempre era sorprendido y no lograbá adaptarse. La mayoría de las veces, el ejercito rojo centralizado, llegaba tarde, y casi siempre para recoger los laureles, recompensas y glorias que correspondían a los verdaderos vencedores: los partidarios. Un día, la historia restablecerá los innumerables hechos en contra de la burocracia de centralización militarista.
Se nos podría preguntar cómo es posible defender la revolución social frente a una intervención extranjera sin un ejercito sólidamente centralizado. Primero contestaremos que no hay que exagerar este peligro, pues la mayoría de las veces, esta expedición viene de lejos, con todas las dificultades que esto conlleva; segundo, que la revolución rusa tuvo una serie de intervenciones que fueron aniquiladas no por un ejercito centralizado, sino por unidades de partidarios, por la resistencia activa de las masas, por la intensa propaganda revolucionaria dirigida a los soldados y a los marineros de las intervenciones.
En fin, recordemos que un ejercito centralizado, con su mando central y su dirección política, tiene amplias posibilidades de dejar de ser un ejercito revolucionario; se vuelve inconscientemente o no un instrumento de estancamiento, de reacción, de sofocación de la verdadera revolución. Sabemos, por las enseñanzas de la historia, que así siempre ha pasado. El último ejemplo lo es la revolución rusa con su ejercito rojo.
Nos sorprenden las posiciones de la Plataforma sobre el papel del ejercito como defensor político, arma contra la reacción, etc.
Consideramos que tal aparato no puede tener mas que un papel negativo para la revolución social. Sólo el pueblo en armas, por su entusiasmo, por las soluciones positivas que proporciona a los problemas esenciales de la revolución (y en particular los relativos a la producción), es una muralla suficiente contra los complots de la burguesía; y si falta el pueblo, ningún aparato, ningún ejercito, ninguna tcheka, pueden salvar la revolución. Sostener lo contrario es aceptar que los problemas de la revolución no interesan a las masas sino sólo a una capa política, y esto es una concepción típicamente bolchevique.
Como lo hemos subrayado mas arriba, vemos que el esquema propuesto: organización dirigente (la Unión), que orienta a las organizaciones de masas (obreros y campesinos), que aceptan la dirección política, y estan apoyadas en caso necesario, por el ejercito centralizado y disciplinado, todo este sistema no es mas que un nuevo poder político.
ORGANIZACIÓN ANARQUISTA
Recordemos una vez mas que también nos preocupa el problema de la organización, pues consideramos que la desorganización de los movimientos anarquistas causa un daño inmenso, y estamos convencidos de la necesidad de organizar las fuerzas anarquistas y los movimientos anarquistas. Como los autores de la Plataforma, nosotros tambien subordinamos el problema de la organización a los problemas ideológicos. Tres cuestiones se plantean cada vez que se consideran los problemas de una organización: el metodo de creación, el fin y la esencia misma de la organización, y evidentemente la forma de esta.
1) EL METODO DE CREACION DE UNA ORGANIZACION ANARQUISTA
¿Por que y cómo se plantea una organización anarquista?
Es preciso comenzar por intentar comprender las mas importantes causas de la desorganización entre los anarquistas. Para los autores de la Plataforma es claro y sencillo: entre los anarquistas existe un caracter desordenado, un sentimiento de irresponsabilidad, una falta de disciplina. Para nosotros, entre las numerosas causas que condicionan el estado de desorganización de los movimientos anarquistas, la mas importante la constituye el caracter vago e impreciso de un cierto número de nuestras ideas de base.
También los autores de la Plataforma tienen consciencia de este hecho, mas, igualmente hablan de contradicción en la teoría y en la practica, de dudas sin fin, etc.
Entonces, en el fondo, estamos todos de acuerdo sobre esta constatación, considerandola ya esencial, ya sea menos importante. Una vez admitido todo esto, existen dos métodos para resolver esta cuestión:
– Tomar una idea como base, entre las ideas contradictorias, aceptarla como programa común (unidad ideológica-unidad tactica) e intentar reunir alrededor de este programa el mas grande número de militantes, y si es necesario, reunirlos por cierta disciplina. Al mismo tiempo, todo lo que esté en desacuerdo con este programa debe ser excluido y hasta rechazado fuera del movimiento. En el camino, la organización así creada -organización única- profundizara sus propias ideas (al respecto hay compañeros que consideran que las ideas anarquistas son suficientemente claras);
– En el momento de hacer una organización seria, también es preciso aplicar todos nuestros esfuerzos para clarificar, profundizar y desarrollar nuestras ideas.
Ante todo es necesario que intentemos diluir las contradicciones en el campo teórico, e igualmente hacer un esfuerzo de organización que ciertamente, por su lado, ayudára al trabajo ideológico. Dicho de otro modo, organicemos nuestras fuerzas en el proceso de desarrollo y de sistematización de nuestras ideas.
Los autores de la Plataforma no se dan cuenta de que de hecho siguen el viejo camino para crear una organización a partir de los conceptos de una ideología y de una tactica única (pero artificial la mayoría de las veces). Crean una organización que sostiene en mas o en menos malas relaciones con las demas organizaciones que no tienen exactamente las mismas concepciones. No comprenden que este viejo camino desemboca inevitablemente en las mismas viejas consecuencias: la existencia no de una organización, sino de numerosas organizaciones que no estan en armonía entre sí sino en lucha, aunque todas son anarquistas: cada organización pretende poseer la verdad profunda y única. Estas organizaciones están mas ocupadas en polemizar entre sí que en hacer propaganda y ayudar a desarrollar el movimiento anarquista en general.
Los autores de la Plataforma hablan de la necesidad de tener una unidad ideológica y tactica, pero ¿cómo llegar concretamente a esta unidad? Ahí esta el problema, y esta pregunta queda sin respuesta satisfactoria. El método esbozado no conduce a una unidad, muy al contrario, volvería todavía mas agudas en nuestras filas las divergencias, las discusiones, hasta los odios. Pués este método se concreta al postulado siguiente: la ideología y la tactica de los autores de la Plataforma deben volverse sin discusión y al mismo tiempo sin razón valida, la única, la verdadera teoría y tactica. Pero esto no es un método anarquista.
Proponemos otro método. Según nosotros, el primer paso hacia una unidad del movimiento anarquista, una unidad profunda, hacia una organización seria, es el trabajo colectivo e ideológico sobre una serie de problemas importantes, así como la búsqueda de una solución colectiva lo mas clara posible. Para los compañeros que tienen miedo a las divagaciones intelectuales o filosóficas, precisamos en seguida que no se trata de problemas filosóficos ni de disertaciones abstractas, sino de cuestiones de actualidad que estan frente a nosotros y a las cuales no damos, desgraciadamente, ni una respuesta clara ni una actitud adecuada. Por ejemplo, la cuestión de la tarea constructiva del anarquismo, la cuestión del papel de las masas y de la minoría consciente, la cuestión de la violencia, el analisis del proceso de la revolución social y el problema del periodo de transición, la vía hacia la sociedad libertaria, el papel de las organizaciones de los obreros, de los campesinos, de los grupos armados, las relaciones con el sindicalismo, las relaciones entre comunismo e individualismo, el problema de la organización de nuestras fuerzas, etc.
¿Cómo realizar practicamente las peticiones que hacemos?
Proponemos el método que consiste en crear en cada país un órgano impreso de amplia discusión, en donde cada problema que no esta suficientemente claro, que es agudo, y hasta tabú en nuestra ideología y en nuestra tactica, sea examinado en todos los sentidos por compañeros cuyas concepciones son hasta diferentes. La necesidad de tal órgano impreso, así como de la discusión oral, nos parece absoluta, pues es el camino mas factible para que los compañeros se acerquen entre sí de manera real y posible, con lo que se podra llegar a la unidad ideológica, a la unidad tactica así como a una posibilidad de organización.
Hay, sin embargo, compañeros que rehusan utilizar un órgano de discusión. Prefieren una serie de publicaciones en donde defienda cada uno su posición. Nosotros preferimos un órgano único, con la condición que permita a los representantes de todas las opiniones y de todas las tendencias anarquistas expresarse, definirse, acostumbrarse a convivir. Una discusión amplia y tolerante de nuestros problemas en un mismo órgano, creara una base de comprensión no sólo entre los anarquistas sino también entre las diferentes concepciones expresadas, pues el acuerdo ideológico y el acercamiento organizativo deben avanzar paralelamente.
2) EL PAPEL Y EL CARACTER DE LAS ORGANIZACIONES ANARQUISTAS
La cuestión del papel y del fin de una organización es fundamental. Sin una clara definición de esta cuestión no puede haber organización seria. Por otro lado, los fines de una organización se determinan en gran parte por su forma.
Los autores de la Plataforma atribuyen como misión a la organización anarquista, el papel de dirigir a las masas, los acontecimientos, los sindicatos y, en fin, a las demas organizaciones. Constatamos que al yuxtaponer a la palabra dirigir el adverbio ideológicamente, no se cambia gran cosa pues esta posición de base en los autores de la Plataforma surge de su concepción de un partido disciplinado como forma de organización. Mas arriba tuvimos la oportunidad de precisar nuestra posición sobre este punto. Rehusamos cualquier idea según la cual los anarquistas deban dirigir a las masas, esperamos que su papel sera sólo el de una colaboración ideológica como participantes y ayudantes de las masas, cumpliendo modestamente su obra social; hemos precisado ya esta obra: la palabra escrita y oral, el trabajo revolucionario de propaganda, el trabajo cultural, el ejemplo concreto y vivo, etc.
3) LA FORMA DE ORGANIZACION ANARQUISTA
Sobre este punto, las contradicciones, las semi-confesiones, las vacilaciones en el lenguaje de la Plataforma son características. Pero, a pesar de numerosas precauciones, su concepción aparece corno una concepción típica de cualquier partido político: el Comité ejecutivo de la Unión Universal Anarquista debe, entre otras cosas, asumir la dirección ideológica y organizativa de cada organización particular, según la línea general de la Unión, línea ideológica y tactica, y al mismo tiempo la Plataforma afirma su fidelidad al principio federalista, lo que esta en absoluta contradicción con las concepciones citadas mas arriba, pues el federalismo quiere decir autonomía en la base; la federación a través de agrupaciones locales, regionales, etc., y en fin la unión de las federaciones o confederaciones.
Cierta unidad ideológica y tactica es evidentemente necesaria entre organizaciones. Pero ¿cómo, por qué medio, y en que sentido? Aqui una vez mas nos permitimos citar la resolución de la organización ukraniana NABAT en la conferencia de Koursk:
La organización anarquista armoniosa en la que la unión no tenga un caracter formalista sino en la que los miembros estan reunidos por concepciones comunes en relación a los fines y los medios.
Los autores de la Plataforma comienzan por afirmar: el anarquismo siempre ha sido la negación de una organización centralizada, pero mas adelante exponen con detalle el esquema de una organización perfectamente centralizada, con Comité Ejecutivo que tiene la misión de velar por la dirección ideológica y organizativa de las diferentes organizaciones anarquistas, las cuales a su vez deben hacerlo con las organizaciones profesionales, de los obreros, etc.
¿Que hay en todo esto de federalismo? Sólo se esta a un paso del bolchevismo, un paso que los autores de la Plataforma no se atreven a dar. Para los compañeros rusos, la analogía entre los bolcheviques y los anarquistas de la Plataforma es de una evidencia asombrosa. Nada se cambia si la organización suprema del partido anarquista se llama Comité Ejecutivo en vez de Comité Central del partido, y ni aún si lo llamaramos Secretariado Confederal. Lo que es ya mas justo es sobre todo el espíritu que debe impregnar cualquier organismo anarquista como organismo técnico de enlace, ayuda e información entre los diferentes grupos de base y las diferentes federaciones.
Concluyendo, los únicos puntos originales de la Plataforma son: su revisionismo hacia el bolchevismo -velado por sus mismos autores- y, una aceptación del periodo de transición. Sobre el resto de su exposición la Plataforma no presenta nada de original. Para los compañeros de otros países es menos evidente pués la publicación del material sobre la revolución rusa y sobre el anarquismo en Rusia es aún insuficiente y por lo tanto el conocimiento de los compañeros sobre estos acontecimientos también lo es. Así, puede ser que algunos acepten la interpretación de la Plataforma.
Sin embargo, pensamos que tal aceptación sólo podra ser pasajera.
Por una parte, aún aceptando las proposiciones de la Plataforma, a la larga, el resultado no sera mejor. Por otra parte, al profundizar sus conocimientos de los acontecimientos en Rusia, la mayoría de los compañeros comprenderan mejor las perspectivas de la Plataforma. También estamos convencidos de que lá discusión sobre la Plataforma permitira disipar un cierto número de malentendidos. Pero hay que separar netamente lo que es secundario de lo que es esencial. Los autores de la Plataforma subrayan que pueden existir algunas insuficiencias en su texto pero, dicen, esto se completara en el transcurso del debate. Sólo una cosa, no se trata de algunas insuficiencias, de algunos casos particulares, sino de la idea de base, de concepciones fundamentales, del enfoque de los problemas, del espíritu que ambienta todo el texto, posiciones que para nosotros son absolutamente inaceptables.
SOBOL
SCHWARTZ
STEIMER
VOLIN
LIA
ROMAN
ERVANTIAN
FLESHIN
París, 1927.