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Esta declaración la hacemos para aclarar nuestra posición y posicionarnos respecto al nuestro reciente intento de fuga de la cárcel.
El hecho que nos encontramos cautivos en las celdas de la democracia no significa que, siquiera por un momento, aceptamos a nuestra posición de presos o de acusados frente a ese político tribunal militar que habéis montado contra nosotros. Nunca habrá un carcelero capaz de encerrar a nuestra alma ni un juez que podrá juzgar a nuestros valores.
Somos enemigos permanentes del orden público y eternos fugitivos de las cárceles.
Obviamente, estas pocas palabras que siguen no son capaces de describir la miseria de las instituciones penitenciarias, la miseria que viven aquellos presos que no han entregado su dignidad sino lo tienen siempre consigo en cada celda de aislamiento, en cada calabozo del castigo, en cada traslado, en cada tortura, en cada paliza…
Vosotros, los asignados jueces militares de la mafia judicial, puede ser que desde ahí arriba, desde sus asientos, estáis repartiendo centenares de años de cárcel, obedeciendo a los manos que os mueven como marionetas, pero debéis que saber que, al pasar los días, nuestra voluntad está prendiendo fuego, cada vez más.
Con vuestras sentencias, como unos verdugos modernos, sepultáis a la gente bajo toneladas de cimiento y rejas, así escondiendo a las consecuencias del sistema podrido a qué estáis sirviendo. En cuanto a nosotros que somos anarquistas guerrilleros urbanos, queréis vengaros contra nosotros y queréis castigarnos, porque sabéis que nombres vuestros, tanto como los de aquellos que se os parecen, ya están escritos en la lista de nuestros futuros blancos del ataque. La prisión a dónde mandáis a la gente con la misma facilidad con que estáis hojeando los expedientes es una enorme maquina de picar carne que mole a los cuerpos, sentimientos, pensamientos, fantasía…
Es un mundo esterilizado y mecánico en que resuenan ordenes de megáfonos, cierres de celdas y ruido de la renuncia humana.
La gran mayoría de presos hizo un acuerdo de estúpidos y entregó su libertad y su dignidad a cambio de un jornal, un permiso, una promesa de suspensión de condena o hasta a cambio de nada en absoluto.
Todas las debates sobre la humanización del sistema penitenciario no son más que unos palabreos tontos e hipócritas. La solución hay sólo una: o te evades o destruyes la cárcel.
En esta opción nuestra, hemos escuchado los golpecitos contra la pared desde diferentes círculos de personas conocidas y conocimos gente con cual compartimos el mismo deseo por la libertad. Podemos decir muy claramente que estamos orgullosos por nuestras elecciones y por las relaciones que hemos construido con esta gente tras nuestro conjunto intento de evasión, hasta si ese no correspondió a nuestras expectativas. Desgraciadamenta, tuvimos menos suerte que nos habría gustado, mientras que la imbecilidad encontró su personificación en un hombrecito-carcelero, mostrándose muy poderosa.
Algunos se van a apresurar de hablar sobre un fracaso.
Sin embargo, nuestra fuga ha tenido éxito. Nos hemos fugado del derrotismo de aceptar a nuestro papel de presos. Nos hemos fugado de ese estado soñoliento causado por medicamentos que en las cárceles se reparte con manos generosas, de los beneficios de jornales del trabajo carcelario, de las ilusiones sobre unos futuros permisos y suspensiones de condena, nos hemos fugado actuando como anarquistas revolucionarios.
Si el trabajo de los carceleros y jueces es cerrar puertas de las cárceles, nuestro trabajo es abrirlas por la fuerza. Hasta si no hemos logrado de liberar a nuestros cuerpos, apoderándonos de un espacio dentro de la cárcel hemos liberado, sea por unos pocos momentos, a nuestra existencia.
Esta sensación es única y no nos arrepentimos de nada.
Además estamos luchando por una libertad más allá de su versión oficial de las leyes y valores de ese sociedad. Esta lucha no puede ser juzgada ni encarcelada.
Hoy en día mucha gente muere en los accidentes de tráfico, de la dependencia de drogas o otras substancias, de las enfermedades industriales. Otros, hundidos en los convenios de una vida arreglada, aceptan la muerte del aburrimiento y de la soledad. Nosotros optamos por arriesgar nuestras vidas lanzándonos hacia la libertad, hasta si no hay por debajo ninguna red de protección. No hay nada más tremendo que esto.
Ahora hemos perdido una batalla, pero no la guerra. Estamos mirando adelante.
Cada momento promete un nuevo plan, una nueva colaboración e amistad, una inesperada oportunidad que se abre delante nuestro, peligrosa y subversiva.
Además no es importante si te van a capturar, pero si tú mismo, dentro tuyo, te entregarás…
VIVA LA CONSPIRACIÓN DE CÉLULAS DEL FUEGO-FEDERACIÓN ANARQUISTA INFORMAL
VIVA EL FRENTE REVOLUCIONARIO INTERNACIONAL
VIVA LA NEGRA INTERNACIONAL ANARQUISTA
-Los miembros encarcelados de Conspiración de Células del Fuego