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COLABORACIÓN DE ARDE MOYANO RECORDS |
La jornada comenzó con los estudiantes levantando en las primeras horas barricadas en 13 puntos de Santiago con neumáticos y maderas encendidas, ante la negativa estatal a permitir que se manifiesten, pero fueron dispersados sin contemplaciones por la Policía, según imágenes difundidas por canales de televisión locales.
Esta represión fue la antesala de las marchas que universitarios y alumnos de secundaria habían anunciado para este jueves, pero que nuevamente no fueron autorizadas por el gobierno, que dispuso a más de un millar de policías para evitar la expresión democrática de los jóvenes.
Horas más tarde, escolares intentaban reunirse en la céntrica Plaza Italia para iniciar la primera de las marchas anunciadas, pero la policía los dispersó con gases lacrimógenos y carros lanza-agua, evitando que la protesta recorriera la Alameda, la principal avenida de la capital chilena.
«Creemos que tenemos todo el derecho constitucional a manifestarnos, sobre todo por la Alameda, pero no se dejó que los compañeros llegaran a Plaza Italia porque la policía comenzó a reprimirnos», dijo Rodrigo Rivera, dirigente de los escolares, a la prensa local.
Los estudiantes de secundaria intentaron reagruparse y realizar la marcha por calles aledañas al centro de Santiago, pero nuevamente fueron violentamente reprimidos por la Policía, lo cual derivó en unos disturbios que dejaron al menos 197 escolares detenidos.
«El centro de Santiago se encuentra en estado de sitio», dijo Camila Vallejo, una de las principales dirigentes de los estudiantes universitarios, quien confirmó para este jueves en la tarde la segunda manifestación, que incluirá a profesores.
«Nosotros vamos a mantener la congregación para la tarde, ese es un derecho. Nadie nos puede reprimir por congregarnos en espacios públicos», agregó Vallejo.
Las manifestaciones se unen a otras protestas que los estudiantes llevan realizando desde hace dos meses, cuando estalló el conflicto ante la cerrazón estatal, como huelgas de hambre de decenas de escolares y la ocupación de centenares de colegios y universidades.
Los jóvenes exigen desde hace dos meses una serie de reformas constitucionales para alcanzar una educación pública de calidad y gratuita y que se acabe con el lucro en las universidades, prohibido en la legislación chilena pero burlado a través de resquicios legales alentados por el gobierno derechista.
El gobierno entregó el lunes una propuesta de 21 puntos, que fue calificado por los estudiantes de «insuficiente» y decenas de sindicatos universitarios ya lo rechazaron.
Las protestas estudiantiles han influido en la caída de la aprobación del presidente Sebastián Piñera, que llegó a un mínimo (histórico desde que se realiza la encuesta) del 26% en julio, y además causaron el cambio del anterior ministro de Educación, Joaquín Lavín, criticado por los estudiantes.
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