Pretendéis acabar con los que piensan ir más allá, podéis con manos mercenarias, hundirles vuestras bayonetas, perforarles a tiros los cráneos; pero el pensamiento, el ideal, estará libre, conquistando adeptos, tramanado contra vosotros; haréis víctimas y héroes, sembraréis junto con todas vuestras lacras, vicios y privilegios.
¡Bárbaras! ¡Bárbaros! Saliváis al sol; pero no mataréis el pensamiento renovador. Mientas haya dolor que, odio que dulcificar, injusticia que concluir, y una verdad que proclamar, habrá hombres en la tierra que olvidando hasta los hijos, harán del corazón una tea y del pecho un baluarte a vuestras bayonetas y contraídos en un supremo esfuerzo de legar a la humanidad del mañana una era de amor y de luz, irán como alguien ya lo dijo: «Al triunfo o al martirio»
Armando Triviño, 1923.