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Como pequeños fuegos emanados. Radicados en la temple luciferina, en la integridad creadora, que no se rendirá hasta refundar el nuevo mundo que soñamos. Por que las llamas contenidas en nuestros corazones solo se proyectan en actos destructivos, contra los defensores de este putrefacto y viejo mundo pervertido.
¡¿Que podemos tomar del compañero Luciano?!
¡¡¡La entrega, la disposición, la sinceridad de hacer y crear actos de rebelión!!!
¿Que nos queda por delante?
¡¡¡Multiplicar los actos de ataque al Estado y el Capital!!!
Existe una guerra librada por nuestros hermanos insurrectos, preparemos día a día, minuto a minuto, para efectivizar y aprender los mejores golpes contra el poder en todas sus formas.
No esperemos que llegue el día de la revolución, seamos revolución.
Trasformemos el dolor profundo de los hermanos caídos, de la injusticia y miseria que nos ofrece este sistema totalitario y carcelario… en grandes sonrisas explosivas e incendiarias, en fugas irreductibles, en alegrías eternas y de gloria, estamos del lado de la trinchera de la felicidad.
Entonces, que las acciones evoquen a los caídos, a redoblar la sinceridad, combatientes rebeldes y libres, sinceridad en nuestras expansiones destructivas, que en ellas nos encontraremos.