>Nueva dirección de Walter Bond + Entrevista en Negotiation is Over

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Walter ha vuelto a ser trasladado. Os facilitamos su nueva dirección y publicamos también una entrevista que concedió a Negotiation Is Over traducida al castellano. 
Walter Bond 37096-013
Nevada Southern Detention Center
2190 E Mesquite Ave
Pahrump NV 89060
USA

NIO: En muchas culturas indígenas, los tatuajes en la cara son un rito que simboliza el paso de la adolescencia a la madurez. ¿Cuándo te hiciste el tatuaje y qué significó para ti?

Me hice el tatuaje hace unos dos años y tiene un significado personal muy importante para mí, aunque aparte de eso significa varias cosas. Así que… ¿por dónde empezar?…

Bien, como en la mayoría de culturas indígenas, mi tatuaje en la cara representa un auténtico rito de cambio en mi vida, mi conversión en un guerrero. Marcó el momento exacto en el aparté el miedo y otros comportamientos infantiles a un lado. Eso no quiere decir que no sienta miedo, pero puedo decir con total sinceridad que desde que me hice el tatuaje en la cara, no he tomado ninguna decisión basada en el miedo, y eso es liberador.

En el momento de mi vida en el que me empecé a enamorar de la idea de ponerme un tatuaje en la cara, iba frecuentemente al estudio de tatuajes, más o menos una vez cada dos o tres semanas. Como muchos treintañeros, yo tenía un trabajo decente y un modesto apartamento en la zona de Capitol Hill, en Denver. Pero lo que me diferenciaba del resto es que sufría de una profunda sensación de intranquilidad. Prácticamente cada día me levantaba desencantado por no haberme unido al movimiento clandestino por la total liberación de los animales. La única sensación peor que no saber cual es tu misión en la vida, es conocerla pero no ser capaz de reunir el valor para llevarla a cabo. Eso me hacía ser un hombre infeliz.

Cada día en mi trabajo estaba más pendiente de mis fantasías sobre el FLA que en las labores que debía realizar. La epifanía que finalmente me sacudió fue el darme cuenta que si seguía llevando esa vida no podría hacer lo que debía hacer. Así que mi tatuaje en la cara marcó también un importante cambio en mi forma de vida. Solo habían pasado unas semanas desde que me lo hice y decidí dejar mi trabajo. Estaba harto de pagar el alquiler, así que también dejé de hacerlo. Si iba paseando por la noche y veía una ventana que me ofendía, ese pedazo de cristal recibía una buena pedrada. Aprendí muy rápido que la vida está para ser vivida. La vida ha de ser libre, no es algo que planeas para poder vivir en el futuro.

Pero, a nivel estético, mi tatuaje facial es abstracto. Tengo otro montón de tatuajes con significados concretos, así que solo quería que mi cara estuviese tatuada, no que fuese un panfleto (para eso ya tenía mi tatuaje de “vegan” en el cuello).

NIO: ¿Podrías describir como te convertiste en un guerrero? ¿Cuándo surgió “Lobo Solitario”? ¿O siempre estuvo ahí?

Mi transformación en “guerrero” fue, como he dicho, abrupta. Pero, sin embargo, es importante para mí explicar que fue una experiencia muy personal, no un tópico vacío del tipo “soy un guerrero pacífico”. Y fue un momento que cambió mi vida. Fue también un cambio que provocó que me diese cuenta de muchas cosas. Una de ellas es que espero sin ninguna duda, morir luchando algún día, con lo que estoy de acuerdo. No creo que sea natural morir de causas naturales. Y, llegados a este punto, lo peor que puedo imaginar es esa muerte en vida llamada “vida normal”… no la persecución por parte de policías de mierda ni el miedo a la muerte. Estoy harto de ciertos aspectos de la civilización occidental, hasta el punto de que seguir la corriente me es más incómodo que resistir.

En cuanto a la aparición del apodo “Lobo solitario”, y contrariamente a lo que la gente cree, nunca me puse ese u otro apodo. Se me ocurrió ese nombre cuando empecé a reivindicar mis acciones… en el momento de aquel primer comunicado. No lo hice con ningún afán de notoriedad. Comparados con otros muchos, mis comunicados eran muy cortos y concisos. Usaba el nombre de “Lobo solitario” para reforzar el mensaje de “eh, mirad lo que puede hacer una sola persona”. Estaba intentando presentar los principios de la acción e infundir ánimo a otras personas.

Me da la sensación de que la gente tiende a sentarse y esperar a algún tipo de ser mítico que perciba las cosas que van mal y se lo diga, y hasta entonces no actúan directamente contra ellas. Me di cuenta de que actuando solo lograba más que cuando necesitaba que alguien o algún grupo me diesen el “visto bueno”. También puedo decir que el nombre de “Lobo solitario” también significa que soy un activista autónomo por los derechos de los animales. Me alío con radicales que piensen de manera similar a la mía, pero he hecho lo suficiente sobre el terreno de la liberación animal, también tácticamente, que no tengo lo que podríamos definir como mentores, lo cual es ciertamente muy liberador.
Dicho esto, he de añadir que al igual que con mi tatuaje facial, ese nombre también tiene otros significados. Ahora más que nunca estoy convencido de que la actitud del hazlo tú mismo es la mejor que se puede adoptar.

NIO: Creo que el miedo es una de las armas más potentes de los opresores para manipular y marginalizar a los activistas. Los activistas dejan que les controlen a través del miedo, y muchos se convierten en marionetas. Una vez dijiste que de lo que tenías miedo era de no seguir los pasos de lo que dictaba tu conciencia, no de las consecuencias. ¿Podrías explicar esto?

Hace aproximadamente un año y medio, mi miedo a cualquier autoridad se rompió gracias a mi rabia por la muerte de billones de animales a manos de los opresores humanos especistas. Se rompió por mi asco al contemplar como la humanidad se había convertido en una plaga para la Madre Tierra y se rompió por la repugnancia que siento hacia la civilización occidental euro céntrica.

En algún momento, si realmente te importan los animales, la tierra, el anarquismo, el feminismo, los derechos de los homosexuales, las poblaciones indígenas o cualquier otra cosa, el miedo debe de pasar a un segundo plano, ya que es la mayor cárcel mental que existe.
Al fin y al cabo, es por lo que el gobierno necesita encarcelar a gente como Maxim Vetkin, Braulio Arturo Durán, Adrián Magdaleno González o yo, porque no estamos asustados. Nosotros desafiamos a los sistemas de abuso y, si no nos meten en la cárcel, o nos demonizan, o nos ignoran en los medios de comunicación, entonces existe la amenaza de que otros tomen ejemplo y se sientan reforzados. Si todo el mundo sintiese esa fuerza y aprendiese a tratar con los problemas de manera directa, entonces no solo es probable que no necesiten el gobierno, si no que es seguro que le darán la espalda y lo destruirán. Ahí no hay alternativa.
Tu apatía y tu miedo pueden superar tu preocupación por los animales o tu compasión, o viceversa. En mi caso, no fue una decisión de anteponer una cosa a la otra. Simplemente acabé lo suficientemente harto como para empezar a devolver los golpes y esta es mi solemne opinión: todo el mundo debería hacerse vegano y romper algo!

NIO: En nuestra comunidad se hace mucho énfasis en la ideología, la corrección política y el veganismo ético. Pero pocas veces nos centramos en la efectividad. Tanto tú como yo coincidimos en que esto es problemático, ¿tienes alguna idea sobre cómo los activistas pueden fortalecerse y avanzar más?

Lo que más frena la efectividad es que todo el mundo quiere ser capaz de que se le vea como una buena persona. Y es entendible, ya que muchos veganos realmente se preocupan por los temas de los que hablan, al menos lo suficiente como para cambiar sus hábitos de consumo. Pero, al final, la efectividad es lo que cuenta.

Míralo de esta manera: si un descerebrado quiere violarte y dañarte físicamente, ser moralmente consistente o un individuo progresista no hará que ese descerebrado no te patee los dientes. Pero ser capaz de atacarle asegura que no te haga daño. En una situación como esta, tu principal objetivo es tu seguridad como una persona inocente con derecho a que un puñado de gilipollas violentos le dejen en paz. No hay ninguna diferencia entre esta situación y la que se da cuando luchas por los derechos de otros.

Lo que es realmente moral es salvar a un animal encerrado en una jaula de una muerte segura. Si para ello has de mentir, hacer trampa o robar, ¡hazlo! Si has de romper cosas o asustar a aquellos directamente responsables, ¿qué mas da? Me encantaría que hubiese otro modo de hacer las cosas, pero no lo hay. Inténtalo, habla con alguien que gane dinero a costa de los animales. ¡Les da igual! Pero ya te darás cuenta de que cuando empiezas a atacar y dañar sus bolsillos, entonces tendrás toda su atención.

Respondiendo a tu pregunta, nosotros, los activistas por los derechos de los animales, necesitamos empezar con nosotros mismos y empezar a juzgar a otros grupos e individualidades por su efectividad y sus acciones en vez de por sus palabras y la cantidad de libros que hayan leído. Necesitamos formar ese hábito entre nosotros y entonces, empezar a exigirlo de los demás, hasta que llegue el día en que alguien diga “creo eso, esto y lo otro” y la primera reacción de todo el mundo sea “ya, está bien… ¿y qué vas a hacer?”, en vez de “bueno, yo no estoy de acuerdo. Y además me he ofendido”

Con lo que yo no estoy de acuerdo es con 321 animales de granja muriendo cada segundo. Y estoy ofendido por cientos de cosas. Y eso no significa nada a no ser que me motive para actuar.

NIO: Mucha gente se ha ofendido por como usamos palabras como “guerra”, “esclavitud” y “holocausto” para describir las condiciones en que viven los animales y lo que nuestro movimiento debería hacer. ¿Es apropiada esta terminología? ¿Es correcto hablar de ti como “preso de guerra”?

Prefiero las palabras reales que el vocabulario verborreíco por unas cuantas razones.

La primera, la muerte de los animales y la tierra no son filosofía. Son actuales y perversas.

Siguiente, no quiero que la gente piense que la liberación animal es un grupo exclusivo de intelectuales. Quiero atraer a los guerreros, no a los escritores ni a los pensadores. No hay guerra si no hay guerrero. Solo hay un holocausto y observadores comprensivos.

Prefiero que me llamen “preso de guerra” que “preso político” porque admito libremente lo que hice. No estoy en la cárcel por política, aunque algunos sí lo estén. Yo no soy uno de ellos. Estoy en la cárcel por haber cometido incendios en defensa de los animales. Estoy en la cárcel por luchar contra el holocausto diario con fuego y solo me arrepiento de que me cogiesen. Pero como un auténtico soldado en la batalla, no me rindo ni bajo la moral retractándome. Eso es a lo que me comprometí al convertirme en un operativo del FLA.

No estaba arrepentido cuando estaba ahí fuera pateando culos por los animales y, ahora que estoy en la cárcel, mi convencimiento es más fuerte que nunca.

Liberación animal, cueste lo que cueste.