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El recién pasado sábado 14 de Agosto, ocurrió aquello que veíamos venir hace bastante tiempo, la prensa ya nos lo anunciaba, la cacería de brujas tomaba forma demoniaca y acechaba a varixs compañerxs. Alrededor de las seis de la mañana se llevo a cabo el segundo allanamiento a nuestra casa (el primero fue el 11 de diciembre, en vísperas de las elecciones presidenciales), en el denominado “Caso Bombas”, el cual fue realizado por el Equipo de Reacción Táctica (ERTA) de la policía de investigaciones (PDI) al igual que en la ocasión anterior.
Nuestra decisión fue no recibirlos de la manera que ameritaba y se merecían debido a que en ese minuto se encontraba presente el menor de los miembros de nuestra manada, que cuenta con tan sólo un año de edad y no deseábamos arriesgarlo aún más a las vejaciones que sufrimos el pasado 11 de diciembre. Luego de efectuado el allanamiento fuimos trasladados a las instalaciones de la Brigada de Investigaciones Policiales Especiales (BIPE) de la PDI donde se nos informó que algunos de los miembros actuales del colectivo que conformábamos la casa (y otrxs 11 compañerxs), contaban con ordenes de detención por los delitos de asociación ilícita terrorista y por la colocación y manipulación de artefactos explosivos. Pasadas las horas quienes no teníamos orden de detención nos dirigimos a nuestra casa para cerciorarnos de las condiciones en que la dejaron y para revisar entre nuestras pertenecías aquello que había sido robado por la policía. La sorpresa fue enorme cuando encontramos a efectivos de la PDI bloqueando el acceso a la casa, según ellos porque había una orden en trámite (una orden que solo pronosticaba una noche negra). Gracias a que se encontraba en ese minuto un abogado con nosotrxs, logramos entrar para sacar algunas cosas personales y un poco de ropa para no quedarnos sin nada. El tiempo dentro de la casa fue desalentador, rompieron muchos afiches, rallaron un mural que teníamos al interior y robaron todo el dinero que teníamos guardado. El tiempo al interior de la casa fue poco dado que se acercaba la hora de la formalización de lxs 14 compañerxs detenidxs durante ese día, por lo que salimos salvando lo justo y necesario para pasar un día en la calle.
Cuando llegamos a la sala del tribunal correspondiente, nos percatamos de la gran cantidad de gente que llegó para dar un envión de apoyo y ánimo a lxs compañerxs. Debido a que la prensa usaba casi todo el espacio, solo pudo ingresar a la sala una persona por detenidx. Desde afuera no logramos escuchar nada de lo que decía el fiscal Peña, solo veíamos entre las siluetas de los gendarmes a nuestrxs compas. Por suerte ellos también nos veían, no solo a nosotrxs, sino que a todxs aquellxs compñerxs que fueron al tribunal a solidarizar. Que grato fue sentir la fuerza del huracán que desata la revuelta en todos nuestros corazones. Cuando se supo que la formalización se suspendía hasta el día martes la reacción fue inmediata: bancas, escupos, empujones y golpes a los gendarmes que nos separaban de nuestrxs hermanxs, partes del palacio de la justicia burguesa siendo despedazadas como forma de desahogo de toda la ira que estaba acumulada en nuestras mentes en contra de los verdugos de antaño y que hoy son quienes cierran las celdas de nuestrxs compas día a día.
Después de burlar el cerco de policías que cerraban el lugar golpeando a quien pasara por delante de ellos fuimos de nuevo a la casa. Cuando llegamos vimos aún presencia policial que resguardaba que nadie entrara mientras dos personas cerraban cada uno de los accesos a la casa, la orden verbal que ellos tenían era que nadie entrara porque había sido desalojada, ante lo cual les discutíamos que no correspondía por no haber una orden física que lo cerciorara y porque según un sujeto de la PDI la había emanado el fiscal Peña, que nada tiene que ver con el juicio civil que teníamos por la casa, son causas distintas en las cuales estaba metiendo su cola el fiscal. Gracias al apoyo brindado por compañerxs solidarixs pudimos rescatar a la fuerza parte de la Biblioteca, nuestra querida biblioteca que deseaban dejar al interior de la casa sin que nadie pudiera tener acceso a ella. También deseaban enterrar nuestras pertenencias, y lamentablemente hasta el día de hoy no podemos recuperar todo lo que teníamos al interior de la casa.
No es una sorpresa para nosotrxs el hecho de que nos hayan quitado nuestro hogar. Sabemos que el poder quiere aniquilar a cualquiera que luche contra toda autoridad. Que la ola represiva no solo alcanza a quienes en este minuto están bajo las jaulas, sino que a cualquiera que se atreva a desafiarlos y a quienes quieran solidarizar. Como lo fue el año 2006, donde a partir de la investigación por la molotov lanzada a la moneda, se empadronaron muchas casa okupadas, algunas fueron desalojadas, en la nuestra se inició un juicio civil que después de distintas apelaciones no había una sentencia. Ahora más que nunca hacemos un llamado a la solidaridad, llamamos a gritar y propagar la situación de nuestrxs compañerxs encarceladxs y de aquellxs que aún son perseguidxs por el poder. Llamamos a multiplicar los espacios que promuevan en la vida cotidiana el rechazo a la autoridad y por sobre todo, llamamos a todxs a crear lazos solidarios para apoyarnos entre compañerxs, que la Solidaridad no sea una consigna vacía, sino que una herramienta más para destruir todo vestigio de autoridad. En este minuto lamentamos a todxs que el Centro Social Okupado y Biblioteca Sacco y Vanzetti ha sido cerrado negándosenos la posibilidad de continuar con nuestras actividades cotidianas y programadas en ese espacio que por más de ocho años fue un gran aporte a la lucha y un arma efectiva de propagación de ideas contrarias a la autoridad. El espacio físico ya no está, pero los lazos que nos unen como compañerxs no se rompen ni se quebrantan, con la frente en alto y la moral intacta continuaremos en la lucha.
POR TODXS NUESTRXS COMPAÑERXS GRITAMOS Y LES DEDICAMOS:
8 AÑOS DE OKUPACIÓN… PERO TODA UNA VIDA DE COMBATE!!!
CSO y Biblioteca Sacco y Vanzetti.
favor difundir!!!