SANTIAGO, CHILE: comunicado solidario con el compañero Carlos Gutierrez Quiduleo

imagesNI EL TIEMPO NI LA REPRESIÓN ROMPERÁN NUESTROS LAZOS DE FRATERNIDAD REVOLUCIONARIA.

El 28 de noviembre, durante el día, nos enteramos por los medios de desinformación de la detención del compañero Carlos Gutiérrez Quiduleo, quien asumió la clandestinidad el año 2007 tras las acusaciones mediáticas y políticas que lo vincularon al asalto ocurrido en una sucursal del banco security que terminó con la muerte de un lacayo del poder, el paco Moyano.

El pesar que nos ocasionó la noticia fue compartido en distintos tiempos y espacios por nuestros hermanos en prisión, quiénes recibieron el aviso en pleno desarrollo de la audiencia preparatoria de juicio oral que se realiza en contra de ellos. No llegamos a imaginar lo que fue que alguien sorpresivamente entrara a la sala repitiendo la información de la que se jactaba ya la prensa: “fue detenido”. No llegamos a imaginar cómo es recibir el golpe entre los muros de la mole de justicia de lxs poderosxs; con fiscales y abogados querellantes celebrando el tener al alcance a otro más a quién encarcelar; con carceleros fraguando la tortura cotidiana que significará la cárcel; con el cacareo constante de una viuda que no se aburre de llevar el drama a tribunales, medios de comunicación y al ciudadano común que la quiera compadecer, no olvidemos que toda presión y manipulación emocional sirve. El festín nuevamente comenzaba, o la orgía ordinaria, si se prefiere. Pero nuestros compañeros recibieron la noticia junto a lxs suyxs. No están solos y lo saben. A pesar de que los quieran aislados, siempre ha habido una mano solidaria, acompañándolos. De la misma forma,  sabemos que el compañero Carlos Gutierrez Quiduleo no enfrentará la prisión solo.

En malos tiempos cae otrx de lxs nuestrxs, pero tampoco en tiempos de casualidad. Sabemos cómo manipula y orquesta los golpes represivos el poder; no ha de sorprendernos que eligieran un día antes del término de la audiencia preparatoria para detenerlo y anunciar pomposamente su captura, pues si la información dada por la misma inteligencia policial de la PDI era que traía seguimiento desde hace algunos meses, es de suponer que su detención fue enmarcada dentro de una maniobra política mayor: validarse una vez más como gobierno, reafirmar las vinculaciones que ellxs mismxs han ideado, logrando relacionar mapuches, anarquistas y compañerxs con pasado y presente subversivo, en una estrategia represiva en donde nuevamente la prensa apunta, la policía dispara y lxs poderosxs celebran. Todo lo anterior, sin ignorar el circo ciudadano-electoral que en pocos días se repite.

En este sentido, no es de extrañar la criminalización que seguramente se acentuará en territorio mapuche, específicamente en la comunidad de Temucuicui de Ercilla que fue sindicada por el fascista Chadwick como colaboradora de la situación clandestina del compañero. No es de extrañar tampoco la exposición mediática que tienen que enfrentar  por un lado quiénes optan por asistir a las diversas instancias de apoyo, llevando a la práctica la solidaridad revolucionaria y anticarcelaria,  como por otro lado, los mismos compañeros, quiénes ven expuestas sus vidas y relaciones constantemente. Tampoco nos sorprende que sean compañerxs con una historia de subversión a cuestas, que en algún momento enfrentaron un sistema dictatorial y que no se resignaron a la democracia, los que están ahora tras las rejas. Y no nos sorprende porque no se trata de sujetos con tendencias o pasados particulares (de una determinada corriente, grupo o cultura), sino que se trata de una idea anticapitalista hecha práctica. Es la resistencia cotidiana y consecuente la que marca la diferencia; la decisión de no renunciar a nuestras vidas, a nosotrxs mismxs y a quiénes siguen nuestro camino de insurrección, eso es lo que nos hace peligrosxs frente al poder, y lo que nos hace sostener la idea de que en esta lucha de cara al Estado-Capital, se dan y reciben golpes.

En este escenario de hostilidad es que el compañero enfrenta un aparataje jurídico-carcelario donde fue formalizado por 3 delitos de robo con intimidación: sucursal del banco Santander  de Agustinas (2006), sucursal del banco Santander Valparaíso (septiembre 2007) y sucursal del banco Security de Agustinas (18 de octubre de 2007), los tres hechos se le adjudican basándose en la declaración de 2  miserables: Víctor Hugo Jerez, que ya fue condenado en esta causa accediendo a una rebaja de la pena por una “delación compensada”, o en términos más simples, por colaborar con la policía sindicando a nuestros compañeros como sus acompañantes;  y  Carlos Sepúlveda T., quién accedió a un procedimiento abreviado a cambio de prestar colaboración, y que figura como testigo protegido de la fiscalía.

Al compañero le fijaron 120 días de investigación, los que tendrá que pasar en la Sección de Máxima Seguridad (MAS) de la Cárcel de Alta Seguridad (CAS). Por supuesto la Fiscalía no quedó satisfecha con esto y solicitó, además, 10 días de incomunicación para el compañero, alegando que éste podría recibir amenazas o represalias por parte de los “otros imputados de la causa”, tendientes a evitar su colaboración con la investigación. Queda en evidencia que el persecutor Ricardo Peña y la abogado querellante del ministerio del interior –quién respaldó tal solicitud- nada entienden de relaciones de compañerismo. Quedan en evidencia las intenciones;  aunque no nos esperamos menos de aquellxs a quiénes enfrentamos.  Aclaramos de todas maneras, que  la jueza que lleva la causa (Carla Capello) en un momento de lucidez, rechazó tal petición de incomunicación. Aparte de esto, entre las diligencias que se autorizaron en la audiencia, encontramos la realización de pruebas de ADN, de pruebas de medición, fotografía y exámenes físicos, todos a realizarse en presencia de sus abogados defensores y de los peritos de la defensa.

Hacer presente que el compañero en todo momento se enfrentó digno a su detención así como también a las 2 audiencias posteriores (en Angol y en Santiago). A sus primeras palabras señaladas mientras era trasladado y mostrado ante la prensa –“viva la resistencia mapuche, viva la resistencia anarquista”- se suma su actitud rebelde en la formalización donde lanzó un claro “a resistir no má, a resistir” dirigido a quiénes pudieron acompañarlo.

Recordemos que el compañero Carlos Gutiérrez Quiduleo fue militante del grupo subversivo MAPU LAUTARO, resistió la prisión política en la Cárcel de Alta Seguridad tras enfrentar procesos por delitos terroristas, debiendo cumplir condena por 11 años y 2 meses. Fue partícipe activo de huelgas de hambre en la cárcel y obtuvo el “beneficio” de reclusión nocturna, hasta recuperar su libertad. El año 2003 fue nuevamente detenido, vinculado al robo de un banco Santander en Ñuñoa. Durante esta audiencia de formalización le saltó una condena de 5 años y 1 día por una causa del año 2006,  la que sin embargo podría tenerse por cumplida  por prescripción dado el tiempo que estuvo en clandestinidad, situación que de todas maneras se resolverá en las próximas semanas o meses.

Reconociendo en el compañero un pasado y un presente de lucha,  nos sentimos llamadxs a levantar la voz por él y resistir la prisión a su lado. El compañero ya mostró sus gestos revolucionarios, el turno ahora es nuestro.

¡SOLIDARIDAD ACTIVA Y REVOLUCIONARIA CON EL COMPAÑERO CARLOS GUTIERREZ QUIDULEO Y TODXS LXS COMPAÑERXS EN PRISIÓN!

“Es hora de actuar, en la cotidianeidad con nuestros afines, por la destrucción de la sociedad carcelaria y de cualquier intento social de reformar este asqueroso sistema de muerte. La solidaridad no debe jamás ser una consigna vacía, sino una acción cotidiana de enfrentamiento con el poder y un apoyo constante a l@s herman@s secuestrad@s en esta guerra a muerte.”
-Mauricio Morales Duarte-

Colectivo Anticarcelario Vuelo de Justicia
Contacto: vuelodejusticia@riseup.net