Dedicado a Alfredo Cospito y Nicola Gai
Lo recuerdo como si fuera ayer. Sombrero gris, saco largo negro y, lo más importante, la pistola en la cintura. Una Colt 45, regalo de un viejo amigo. Dos balas alcanzarían. No se porque lo de dos balas nada más. Algo así como un ritual, supongo. Un tiro en el pecho primero y en la cabeza después. ¿Y si fallaba? ¿Si dos balas no eran suficientes? Si fallaba y si dos balas no eran suficientes viviría con el fracaso de no haberlo podido hacer con dos balas. No se, capaz que es solo terquedad mía.