MaterialAnarquista: Saludamos a lxs compañerxs de Resentida Periferia, quienes nos hace entrega de su proyecto Sin Retorno, un hip hop directo en el cual refleja más allá de la idea antiautoritaria basada en la teoría sino que la idea en la práctica y su relación antagonista con la cotidianidad de la sociedad capitalista y autoritaria. Dejamos a disposición su música y también un mensaje de lxs compañerxs explicando su proyecto musical y de propagación de la idea. 19 pistas cargados de amor, rabia, odio y todos los sentimientos que pueden brotar desde esta maldita realidad!
El descalificativo de resentido social esta ligado a lo marginal, a lo poblacional, a lo callejero, a lo flaite, a lo cuma, a lo pobre. En fin, esta dirigido casi en plenitud a aquellos que habitamos sectores alejados de la mano del Dios Dinero. Hueones que, si no agachamos el moño por lo que nos toco vivir y tener, somos tildados de forma despectiva de resentidos, por quienes, care` raja, en casita no les falta nada.
Que el resentido no puede olvidar, no puede perdonar, no puede dialogar, que se llena de rabia. Y… …están en lo correcto. No podemos olvidar lo que ayer sucedió porque somos la consecuencia. Esta sociedad es la consecuencia de cientos (quizás miles) de años de esclavitud, marginación, muerte, hambre, golpes, frió… ¿Perdonar que?, ¿perdonar sus acciones?, no hay nada que perdonar, estamos en el mismo lugar, igual de miserables, y alejados de aquellos que piden nuestra clemencia allá arriba en el olimpo celeste. No queremos perdonar, ni olvidar, ni sus mierdas de disculpas. Queremos lo que queremos, lo que es nuestro, y punto. Nosotros no dialogamos ¿para qué? ¿Para hablar de lo tan injusto pero tan necesario? Sus más-“caras” no las soportamos. Su aliento a oro, dólares y petróleo nos produce repulsión. Eso que lo hagan los “rebeldes de camisa y corbata”, acostumbrados a tranzar sus principios e ideas. Por estos lados vestimos de pobres, que es como queremos vestir, como nos gusta vestir. La rabia, esa condenada rabia. Esa bendita rabia. Esa… …sensación. ¿Por que será que la sentimos? ¿Será acaso por que tenemos corazón? Talvez, por que no somos tontos como suponen algunos. La rabia existe en nuestras tripas, no lo podemos negar. Es parte de lo que nos ha tocado vivir, de lo que nos corresponde ver, lo que tendremos que soportar.
Re-sentir supone re-vivir. Supone re-flexionar el por qué nos pasa lo que nos pasa. Antes de ese sentimiento de rabia hacia “algo” no podíamos entender siquiera por que estamos donde estamos. Todo sucedía por que sí, en definitiva, era algo casual no causal, casi divino, una consecuencia (en última instancia) de nuestras malas acciones. Ahora el tener hambre no es algo que “ya pasará”, es una consecuencia, y como tal tiene un origen. No es divino; no es un cuento bíblico (contradictorio e inverosímil) con un mal final. Lo que pasa es completamente terrenal y producido por alguien de carne y hueso. Y aun mas equivocados están. No es por envidia. No queremos su dinero, su fama, ni su fortuna. Despreciamos su sociedad y por lo mismo no queremos nada que provenga de sus cochinos bolsillos.
La periferia, oculta entre basura, smog y violencia, es rebelde cuando siente su miseria, cuando es conciente de su esclavitud. En ese momento, ya no existen raperos, punkis, cumbieros, choros, flaites, decentes, sinvergüenzas ni cocodrilos, que peleen por sus espacios y culturas, pues la cultura que representa la lucha, es la del esclavo, y a ese espacio pertenecemos todos.
La Resentida Periferia esta ahí, en todos lados, en tu plaza, en tu casa, en tu pasaje, en tu calle, en tu escuela, en tu trabajo… en ti mismo. Solo hace falta dejarla salir, y para eso, es necesario mirarte y mirar al de al lado, nada más.
Atentamente: LA RESENTIDA PERIFERIA.