EXTRAÍDO DE LA CIZALLA ACRATA
El día después de navidad, parece que otro anarquista será encarcelado por negarse a hablar sobre sus ideas políticas y las de sus amigos ante un gran jurado federal de Seattle.
Maddy Pfeiffer, de 23 años, apareció la semana pasada ante el gran jurado según se le pedía en la citación. Allí, el juez Jones le ordenó que el 26 de Diciembre, a las 9 de la mañana, se presentase en el centro de detención federal. Pfeiffer ya había asistido a otros grandes jurados en los que hizo referencia a la primera, la cuarta y la quinta enmienda en respuesta a lo que se le preguntó.
Pfeiffer se unirá a otros dos jóvenes anarquistas que actualmente ya están encarcelados por realizar la misma declaración de principios, negándose a hablar sobre su activismo político y negándose también a ayudar al gobierno a identificar a activistas de izquierda y manifestantes. Cabe la posibilidad de que los tres permanezcan encarcelados hasta que termine el proceso del gran jurado, en Marzo del 2014.
El gran jurado parece estar investigando “actos de vandalismo” ocurridos en Seattle durante las manifestaciones del primero de Mayo. Pero Lauren Regan, una abogada del Centro de Defensa de las Libertades Civiles, descubrió que el gran jurado había sido puesto en marcha el 2 de Marzo de 2012, antes incluso de que las manifestaciones del primero de Mayo tuviesen lugar. Activistas, defensores de las libertades civiles y periodistas han expresado su preocupación ante el hecho de que el gran jurado se esté usando para realizar un esquema social de anarquistas y activistas de izquierda.
Usar los grandes jurados para acosar, vigilar e interrumpir el funcionamiento de los movimientos sociales no es nada nuevo. Robert Meeropol, hijo de Julius y Ethel Rosenberg, hizo mención a como los grandes jurados habían sido utilizados durante el Red Scare (la persecución de comunistas en los años 60) hasta hoy en día:
“Los Grandes Jurados se han usado como instrumentos de represión política durante décadas. Mis padres, algunos miembros de mi familia y sus amigos fueron llevados ante un gran jurado en 1950. Algunos cooperaron, señalaron a otros e incluso ayudaron a enviar a mis padres a la muerte con su testimonio. Recibieron condenas reducidas o ni siquiera pisaron la cárcel. Aquellos que no cooperaron, pero no fueron acusados, fueron acosados por las autoridades durante años después de aquello. Aquellos que fueron acusados por el gran jurado y que fueron juzgados y condenados, fueron a prisión o se les asesinó.
Mientras que el propósito de los grandes jurados era exponer comportamientos criminales, también sirvió para extender la ansiedad y la desconfianza entre la comunidad de activistas que tuviese relación con mis padres, así como sembrar el miedo entre la comunidad progresista. Los Grandes Jurados sofocan el activismo.”
Frente a esta situación, los anarquistas del noroeste han recibido apoyo internacional de diversos movimientos sociales. Cientos de simpatizantes llamaron y enviaron e-mails al juez Richard A Jones durante un día de acción. Se han dado charlas a lo largo del país y se ha ayudado a sufragar los costes legales con el dinero obtenido en conciertos benéficos. Algunos activistas, incluso, irrumpieron en la oficina del fiscal del distrito.
Pfeiffer, Katherine Olejnik y Matt Duran aseguran haber recibido fuerza e inspiración de esas muestras de apoyo. Brendan Kiley, de The Stranger, entrevistó a Olejnik y a Duran en la cárcel, y publicaba:
“No han sido acusados de un delito. No han sido ni siquiera detenidos por un delito. Están aquí porque se negaron a responder a preguntas de un fiscal federal, en frente de un gran jurado, sobre gente que ellos puede que conociesen o no: quién es esa gente, con quién se mueve esa gente, y qué opinión política tiene esa gente…
Le pregunté a Duran como explicaría el motivo de estar en la cárcel a la gente de la calle:
“No todo el mundo lo entendería,” dijo Duran. “Tienes que estar en un estado mental diferente para estar preparado a ir a la cárcel para proteger a alguien que básicamente no conoces.” Habla de sus años como estudiante en la escuela militar, donde los veteranos venían y hablaban sobre servir a su país porque sentían un sentimiento de deber. Sin responder a preguntas sobre otras personas, él asegura, “este es el deber que yo tengo”.”
Para escribir a Matt y KteeO:
Matthew Kyle Duran #42565-086
FDC SeaTac,
P.O. Box 13900
Seattle, WA 98198
Katherine Olejnik #42592-086
FDC SeaTac,
P.O. Box 13900
Seattle, WA 98198