Traicionar. Para que exista guerra deben haber enemistad, antagonismo; enemigos. Asimismo para traicionar inevitablemente debe haber algo que traicionar; Tradición.
Se esfuman las dudas de una pasividad como modo de vida, de una actividad enajenada. Emerge un franco tirador escéptico – si es que fuera posible poder tener un lugar privilegiado en donde poder observar la realidad, al menos intentarlo- ante lo concebido como natural, irrefutable, normal, incuestionable, ante lo que nos presentaron como dado. Rechazar una serie de naturalezas humanas es parte de ello. Cabeza y cuerpo erguido, habilidad bípeda como diferencia –taxonomía jerárquica-, uso de la razón como fundamento, producción económica, Capitalismo y pre capitalismos como natural a la condición humana; Sospecha, luego Traición.
Regímenes de verdades al sonido de unos poderes-saberes haciendo apretar gatillos en cabeza de iguales, ideología neoliberal llenando de deseo a bolsillos des iguales bajo la ilusión del derecho. El mito que fundó y engendró realidad nos aplasta la cara, sesga, crea sentido común, éste que es posible torcerle el brazo, traicionarlo mediante la óptica crítica de una concertación de instrumentos distorsionados, rabiosos y difónicos, de vez en cuando armoniosamente caóticos.
Una compleja desarrollada estructura mecánica y el deseo de echarla abajo, de agujerear el castillo, de vociferar odio a la realidad, esta que es espejo y se confunde con un capitalismo que no tarda en aprehender, racionalizar, funcionalizar para luego utilizar hasta el más mínimo recoveco de la vida.
La insatisfacción que emerge y se hace visible en los poros, se convierte en la droga más lúcida para odiar nuestra vida, ésta que se encuentra determinada y des potenciada por mecanismos disciplinarios y de control, por una seguridad, por una humanidad antropo-falogo-centrica, por un contrato social, por una comunidad direccionada por unas leyes naturales, por instituciones varias que anhelan el encauzamiento de nuestras vidas, por un Estado que se abre de piernas ante el mercado multinacional.
Así es, odiar la vida inmersa al interior de un realidad despreciable, odiar éste vivir, pues ya no queremos vivir así, Odiar-Traicionar por otro querer vivir que no se fundamenta más que en el solo querer vivir. Traicionar en 4/4 aunque valga una mierda, aun así, Traicionar.
¡Qué viva el anarquismo, quizás. Qué viva la anarquía, indudablemente!