Como sabéis, varios bancos y otras empresas fueron atacados por individualidades anarquistas del bloque anarquista de la manifestación del primero de Mayo. Nosotros somos 9 personas de las 60 que la policía detuvo y a las que han mantenido encerradas gracias a las mentiras del departamento de policía. Nosotros somos 9 presos anarquistas que fueron detenidos por decisión del noveno juzgado criminal, y a los que se ha encerrado en una cárcel de tipo Metris – Type T, desde la que escribimos esta carta.
La mayoría de nosotros fuimos detenidos por los equipos anti terroristas el 14 de Mayo a las 5 de la madrugada. Otros fueron detenidos al día siguiente. Nuestros ordenadores, nuestros teléfonos, otros dispositivos electrónicos, libros y muchas más cosas de carácter personal fueron requisados por la policía cuando vinieron en grupos de entre 10 y 20 agentes a registrarlas. La policía dice que nosotros “causamos daños en propiedad pública en nombre de una organización terrorista”.
Mientras, algunos individuos con ideas diferentes a las anarquistas y que se habían visto por primera vez en comisaría eran acusados de crear organizaciones terroristas, algunos de ellos incluso fueron forzados a decir que eran líderes de dichas organizaciones.
Aunque el liderazgo es totalmente contradictorio con las ideas anarquistas, y eso convierta en imposibles las afirmaciones de la policía, incluso cómicas. La gente a la que se ha acusado de pertenecer a un grupo terrorista no tenían armas ni munición en sus casas. Los libros que les requisaron (y que pueden encontrarse en prácticamente cualquier librería, como por ejemplo los de Kropotkin) fueron definidos como “documentos de la organización”. Además, los artículos que habían leído y los vídeos que habían compartido en redes sociales fueron usados como pruebas por la policía.
La policía también usó como pruebas el hecho de que la gente participase en asociaciones legales que trabajan en campos como la liberación animal, los derechos humanos y la ecología. Se usó una fuerte presión psicológica durante cuatro días contra los detenidos: no se les permitió ver a su familia ni llamar a nadie, ni siquiera a sus abogados. Una de estas personas, fue insultada y humillada por ser una luchadora por los derechos de los gays y transexuales. Todo el mundo fue forzado a reconocer la existencia de una organización terrorista e incluso y se intentó que testificasen los unos contra los otros. Dos personas a las que se había amenazado con penas de entre 15 y 20 años declararon contra gente a la que ni siquiera conocían.
Con la presión de la policía, han declarado contra gente contra la que la policía no tenía ningún tipo de pruebas, ni por medio del teléfono, ni de internet o cualquier otro sistema de comunicación. Nada que les “identificase” como miembros de la organización o como partícipes de los ataques. La mayoría de nuestros amigos fueron detenidos simplemente por llevar capucha, algún tipo de mochila, zapatillas, cinturones… de modelos que pueden tener miles de personas, pero que según la policía les relaciona con la gente registrada en las cámaras de videovigilancia mientras se realizaban los sabotajes. Desde luego, con esas insuficientes e irracionales pruebas no se demuestra en absoluto que exista una organización anarquista terrorista, aunque queremos dejar claro que, como anarquistas que rechazan todas las leyes y la autoridad y que ven a los estados como asesinos, no nos importa si el estado dice de nosotros que somos terroristas. Ellos realizaron la matanza de decenas de personas en “Roboski”, mataron a un niño de 11 años de 13 balazos, y no recibieron ningún castigo, y ahora nos acusan a nosotros de terroristas. El estado mató a 34 personas en 1977, ninguno de los responsables fue llevado a juicio, sin embargo no tienen problema en arrestar a 60 personas y encerrar a 9 de ellas por 3 ó 5 cristaleras rotas de bancos.
Dos de nuestros amigos detenidos no pudieron realizar sus exámenes finales en la universidad, y existe la posibilidad de que la propia universidad les imponga un castigo de suspensión o expulsión. Uno de nuestros amigos se estaba preparando para los exámenes generales de ingreso a la universidad, y está claro que en la cárcel no se puede estudiar lo suficiente… Otros han tenido que abandonar las tesis en las que estaban trabajando. Tres de las personas detenidas fueron golpeadas. Desde que nos detuvieron hemos sufrido en nuestras propias carnes el sistema legal, del que el estado siempre dice que es genial. Queremos nuestra libertad inmediata, pero no vamos a suplicársela a ellos. Sabemos que estamos en la cárcel por nuestras ideas políticas. Por ello, no nos sentimos arrepentidos ni de lo que hemos hecho ni de lo que no hemos hecho. El motivo de escribir esta carta es solo para mostrarle al público la verdad sobre lo que está ocurriendo.
Sabemos qué es lo que se proponen nuestros captores: convertirnos en aquellos que temen resistir por sus propios derechos. Pero lo que no saben es que la cárcel de su asquerosa civilización no podrá acabar con nuestras ideas, y nos sentimos más fuertes que nunca.
Vemos a todos los anarquistas del mundo como nuestros hermanos y les mandamos saludos, amor y solidaridad a todos los insurrectos del mundo que tienen fuego en sus corazones, ya sean de Atenas, Amed, Chiapas, Gaza, Toronto, Seattle… En todas esas tierras hay gente que también está luchando. Y se lo agradecemos a todos, a cada uno de ellos, por la solidaridad y las acciones de apoyo. Se nos hace imposible definir nuestros sentimientos al describir a los anarquistas locales que nos están apoyando y realizando acciones. Les mandamos un abrazo lleno de cariño y les queremos hacer saber que sabemos que están con nosotros y que en ningún momento nos hemos sentido solos. Con deseos de vivir días llenos de insurrección y solidaridad.
Presxs anarquistas:
Beyhan ÃaÄrÄ TuzcuoÄlu
Burak Ercan
Deniz
Emirhan Yavuz
Murat GÃmÃÅkaya
OÄuz Topal
Sinan GÃmÃÅ
Ãnal Can TÃzÃner
Yenal YaÄcÄ