COLABORACIÓN DEL PERIÓDICO ANARQUISTA EL AMANECER
Con el correr del tiempo, la mujer pareciera estar cada vez más libre de la opresión, la oportunidad de abrirse paso al mundo por fin ha llegado. Pero ella continúa definiendo su existencia como un sujeto pasivo: ¿quién es el culpable de esto? Nadie más que ella misma, pues debiera tener la fuerza necesaria para enfrentar la censura; legalmente tiene casi los mismos derechos del hombre, ¿por qué no partir comenzando por hacer valer sus derechos reconocidos como tales?
Como consecuencia de un largo historial de opresión, la mujer ha desarrollado, a través del tiempo, rasgos específicos que definen su personalidad: su autoconcepto revela la carencia de expectativas que tiene de su sexo, se considera incapaz de trascender dentro de la vida en sociedad. Por tanto, buscará hacerse un sitio en ella, mas dudará en luchar por abrirse camino como partícipe activa en las transformaciones sociales y culturales. Se resigna, entonces, a desempeñar un papel pasivo, contentándose con cumplir las expectativas que los demás esperan de ella. Compañera sexual, esposa, madre, dueña de casa; todas estas son labores que relegan a la mujer como Objeto. Se naturaliza a tal punto el rol de la mujer en la sociedad, que se le otorgan habilidades y defectos como características inherentes a su sexo, limitándolas así en su desempeño social, incluso las profesiones y oficios están asignados para cada género.
Así, al intentar definir su existencia, lo hará en función de los demás; no se reconocerá como un sujeto autónomo ni dimensionará su libertad absoluta. Creerá, entonces, que está destinada a cumplir una función determinada o a ser de una determinada forma. Cuando ella tome conciencia de su libre albedrío, comprenderá que es capaz de configurar su existencia de acuerdo con sus propias convicciones, zafándose así de la carga que significa ser mujer. Cuando la mujer se haga responsable de sí misma y decida ser partícipe activa en la construcción de su identidad y de la sociedad en la que está inmersa, el sistema patriarcal se debilitará y dará paso a una nueva sociedad en que no exista el concepto de género, basada en el respeto mutuo y la participación activa de todos sus miembros.
Escrito por Patricia Contreras.
Periódico anarquista El Amanecer