¡Solidaridad con Sonja y Christian!
Después de 33 años de exilio, el 14 de septiembre de 2011 Francia entregó a Alemania a Sonja Suder (79) y Christian Gauger (70).A Christian le llevaron al otro lado de la frontera tumbado en una ambulancia. Sonja fue encarcelada en la prisión de Frankfurt-Preungesheim, Christian en un hospital penitenciario. A pesar de que después de un paro cardíaco en octubre de 1997 necesita una continua atención médica y personal, la ejecución del auto de prisión no se suspendió hasta un mes más tarde. Ahora se encuentra en libertad provisional, dos veces a la semana tiene que presentarse en comisaría. Sonja sigue en la cárcel de Preungesheim y será probablemente la presa preventiva de mayor edad en todoEuropa. En noviembre, la fiscalía dictó auto de procesamiento contra los dos y este año quiere llevarles a juicio.
La resistencia tiene una larga tradición
Como parte del movimiento de la izquierda, a partir de 1973 las Células Revolucionarias (RZ) comenzaron a analizar la perspectiva revolucionaria en la República Federal de Alemania, buscando nuevas formas de la acción militante y nuevos contenidos como punto de partida para la resistencia. Además de la Fracción del Ejército Rojo (RAF) y el Movimiento 2 de Junio, las RZ formaban el tercer grupo de guerrilla urbana; no pretendían ser ningunaorganización de vanguardia, actuaban desde la izquierda legal. A mediados de los 70 nació en su entorno la organización feminista Zora Roja (Rote Zora). Ambas, las RZ y la Rote Zora, abandonaron sus acciones a principios de los años 90.
A Sonja y Christian se les acusa de dos de casi una docena de atentados antinucleares reivindicados por las RZ. El primero, el 22 de agosto de 1977, se dirigió contra el consorcio alemán MAN, por su apoyo a la producción de bombas nucleares en África del Sur. MANexportaba al régimen racista del apartheid los compresores para una instalación de enriquecimiento de uranio. El segundo atentado tuvo lugar poco después contra el grupo empresarial KSB, entonces el mayor fabricante a nivel mundial de bombas para centrales nucleares. Además se acusa a Sonja y Christian de haber realizado, como miembros de las RZ, un ataque incendiario contra el castillo de Heidelberg, el 18 de mayo de 1978, cuya intención era la de llamar la atención a la contradicción entre la elegante fachada turística de Heidelberg y la política de derribo de barrios enteros que se llevaba a cabo en la ciudad con el único y exclusivo objetivo de conseguir beneficios económicos.
Declaraciones prefabricadas
Con respecto a estos tres cargos, la acusación se basa en supuestas declaraciones realizadas por Hermann F., obtenidas bajo unas condiciones de casi- tortura. Apoyado en las rodillas de Hermann estalló, en verano de 1978, un explosivo supuestamente destinado a una acción de las RZ contra el consulado de la dictadura militar argentina en Múnich. Hermann sobrevive, perdiendo ambos ojos, ambas piernas y sufriendo graves quemaduras. Bajo la influencia de fuertes analgésicos y sedantes es mantenido en aislamiento total, primero en un hospital, después en un cuartel policial. Sus únicas “personas de contacto” son policías de la seguridad del estado, fiscales y jueces, que van tomando innumerables apuntes. Son 18 semanas que Hermann pasa en esta situación de completo desamparo y limitada orientación. Cualquier contacto con amigas y amigos así como con un abogado de su confianza fueimpedido y manipulado. Una vez fuera de su aislamiento, Hermann F. refutó todas estas supuestas declaraciones, afirmando que eran inventadas y no suyas.
33 años de exilio
En otoño de 1978, un año después del „Otoño Alemán“ y en plena caza estatal de miembros de la izquierda radical, Sonja y Christian se dan cuenta que son objeto de una observación continua. De momento emprenden un viaje con destino desconocido. Solo más tarde tendrían conocimiento de las acusaciones contra ellos.
22 años después de desaparecer, en 2000, Sonja y Christian son detenidos en Paris. Entretanto hay otra acusación más: Después de 24 años, el testigo protegido Hans Joachim Klein recuerda de pronto que Sonja, en 1975, habría transportado a Viena armas destinadas a la acción de un comando palestino-alemán contra la conferencia de los ministros del petróleo de la OPEP. (Klein había participado en esta acción, poco después se distanció y, con la ayuda de algunos Verdes alemanes y antiguos miembros de la izquierda así como con el conocimiento de los servicios secretos alemanes vivió en Francia hasta 1999. Posterior a su detención (políticamente intencionada) y a sus extensas declaraciones, en 2000 fue condenado en Frankfurt, pero pronto salió a la calle y fue indultado. Ya en el juicio contra Klein en el año 2000, la Audiencia Provincial (Landgericht) de Frankfurt rechazó su declaración referente a Sonja por falta de credibilidad; no obstante, vuelve a aparecer tanto en la orden de detención como en el sumario contra Sonja.)
A pesar de todas las acusaciones presentadas por el lado alemán, un tribunal francés rechaza en 2000 la solicitud de extradición alemana. Depositando unos pocos cientos de euros a titulo de fianza, los dos pueden quedarse en Francia. A sugerencia del „residente del BKA“ en Paris (una especie de agente de enlace de la Oficina Federal de la Policía Criminal alemana residente en el extranjero), la justicia alemana vuelve a realizar una solicitud, sólo formalmente nueva, mediante una orden de detención “europea” tal y como está prevista en la modificación del derecho de la UE. En 2010, la justicia francesa bajo Sarkozy acepta la solicitud, a pesar de que en su contenidoesta orden de detención no se distingue en nada de la primera solicitud.
No hay trato. No hay declaración.
Sonja y Christian proceden de la izquierda de los años 60 y 70. Ya entonces lucharon contra la cárcel y la represión. Hace diez años, la fiscalía alemana les ofreció la no ejecución del auto de prisión y una condena con libertad provisional a cambio de que ellos volviesen voluntariamente a Alemania y confesasen. Sonja y Christian no aceptaron este trato. Siempre se han negado a hacer cualquier declaración. En 2010, Sonja dijo en una entrevista: “Cuando desde el principio te pones de acuerdo: ‘Si algún día pasa algo, ni una palabra, ninguna declaración’, eso te da siempre una sensación de gran seguridad.”
La trayectoria de los dos muestra, que una vida sin carrera burguesa y sin adaptación al sistema dominante era y es posible. Pertenecientes a “los del 68”, ellos no se convirtieron en Verdes, oportunistas o políticos ávidos de poder. No es indispensable que activistas de la izquierda en algún momento tengan que sacrificar su integridad política y personal a algunas “obligaciones o necesidades objetivas”. El único motivo por el que se ha promovidosu extradición y se persigue el juicio contra ellos con semejante insistencia es su negación a colaborar con la justicia de seguridad del estado.
El verdadero crimen…
Al igual que en todos los juicios políticos, pretenden convertir la legítima resistencia en actos criminales. Pero el verdadero crimen era el armamento de un régimen racista – no la resistencia militante que se opuso a ello; el verdadero crimen era y es la destrucción de barrios con estructuras dignas para vivir y precios accesibles–no la protesta contra la gentrificación; el verdadero crimen era y es el programa nuclear – no la resistencia antinuclear.
Mientras que el gobierno alemán todavía hoy sigue apoyando las exportaciones nucleares de empresas alemanas y ninguno de los consorcios tuvo que responder por su apoyo prestado al régimen del apartheid, ahora se pretende enjuiciar a Sonja y Christian, tres décadas después, por unas acciones contra estos crímenes. Y solamente por la implantación de mayores restricciones a perjuicio de los refugiados y solicitantes de asilo en el derecho de la UE,los dos acabaron en la cárcel.
¡Libertad y felicidad para Sonja y Christian!
A pesar de la grave enfermedad de Christian y las tres décadas de exilio muestran una postura íntegra que merece el respecto y la solidaridad internacional de todas y todos quienes hemos luchado y seguimos luchando contra las cárceles, la justicia de seguridad del estado, la mafia nuclear, el racismo y la gentrificación. No es casualidad que con motivo de las protestas contra el transporte de residuos radioactivosCastor 2011aparecieran en la región del Wendland pancartas y octavillas, recordando la larga tradición desde los años 70, de la lucha contra las centrales nucleares, y llamando a la solidaridad con Sonja y Christian.
¡Hagamos saberles a Sonja y Christian nuestra solidaridad internacional – hagamos que no se sientan a merced de los promotores de su extradición!
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