Pocos espacios autónomos han sido tan significativos en nuestro contexto reciente de lucha antiautoritaria como la experiencia del Centro Social Okupado y Biblioteca Sacco y Vanzetti (o “La Sacco”, como se le llamaba). Ya no recordamos el día exacto de su apertura hace 10 años, pero recordamos haber participado de actividades por algún aniversario durante los días que rodean la quincena del mes de Enero. Y decimos “participado” porque quienes conformamos el núcleo antiautoritario de propaganda escrita Sin Banderas Ni Fronteras estuvimos participando en diversas actividades abiertas realizadas por lxs compañerxs de La Sacco, y porque ir a La Sacco solo como “asistente” o “espectador” era no comprender la importancia de la participación protagónica que cada individux tiene en la construcción colectiva de ideas y posiciones que enriquecen el entorno de lucha que conformamos.
Hoy La Sacco está cerrada. El enemigo sabe muy bien cuánto gana al quitarle a lxs rebeldes sus espacios de discusión, de difusión de ideas y de crecimiento colectivo en horizontalidad y autonomía.
Pero el poder también se regocija con nuestro silencio y golpea la moral de lxs luchadorxs insurrectos al vociferar en su prensa que La Sacco – tan concurrida y defendida durante un tiempo- hoy es “una casa olvidada”. Claro está que es un golpe ofensivo de guerra psicológica por parte del enemigo, PERO CUÁNTO HEMOS CONTRIBUIDO A ELLO CON NUESTRO SILENCIO???
La Sacco no era un centro de poder, como plantea todavía el enemigo para justificar sus mentiras en el Caso Bombas. Quienes vivían y gestaban el proyecto del Centro Social Okupado y Biblioteca Sacco y Vanzetti tampoco eran personas deseosas de centralizar la lucha antiautoritaria en un solo espacio ni de imponer una manera única de enfrentarse al poder, como lo plantearon algunxs personajes con sus cobardes “opiniones” que ni siquiera alcanzaban a ser ideas pues nunca se atrevieron a defenderlas cara a cara, como compañerxs que supuestamente éramos. Esperamos que estas personas se hayan dado cuenta que al vociferar que lxs compas de La Sacco querían “centralizar la lucha” sus opiniones se alinearon con la teoría inventada por el enemigo sobre La Sacco como un “centro de poder”. Nada más.
Una de las cosas más importantes que aprendimos en el crecimiento cualitativo que significó para nosotrxs haber participado en las actividades del Centro Social Okupado y Biblioteca Sacco y Vanzetti es la idea de que la lucha contra la opresión es una continuidad de vidas y experiencias que no comienza con nuestra acción presente, sino que es un dialogo tenso y fraterno entre las luchas del pasado y las proyecciones que hoy forjamos enfrentándonos al poder, con todos sus riesgos y alegrías.
Así también nos empapamos en La Sacco de la necesidad presente y urgente de recordar a lxs compañerxs y experiencias de lucha que nos preceden, pues nosotrxs somos por voluntad propia continuadores de sus aspiraciones de libertad, siendo la mejor manera de recordarlos el mantener vigente el combate contra la dominación. Así se hace de la memoria una herramienta ofensiva contra el olvido y el silenciamiento que quiere imponer el enemigo para frenar la continuidad de nuestra lucha.
Ese es uno de los motivos que nos animó a crear nuestro proyecto de propaganda escrita, de sacarlo de la web y editar nuestras reflexiones también en papel: mantener viva la tensión de las ideas antiautoritarias y plantear reflexiones para la discusión colectiva contribuyendo al crecimiento cualitativo y cuantitativo de las afinidades. Así aportamos a agudizar la guerra social contra el poder, con la solidaridad revolucionaria y la memoria combativa como herramientas ofensivas de nuestra liberación.
Mientras preparamos un segundo número de la publicación impresa de nuestras reflexiones, recordamos a La Sacco y hacemos una defensa de su experiencia, agradecidxs y orgullosxs de haber compartido en esa casa con valiosos compañerxs, entre ellxs la hoy fugitiva compañera Gabriela Curilem. Creemos que recordar y romper el silencio es un primer paso necesario para poder evaluar con sus virtudes y defectos – más allá de críticas cómodas y derrotistas – la importancia que tuvo y tiene la Sacco y otros espacios autónomos dentro de la historia reciente y actual de la ofensiva contra el poder.
Hay quienes piensan hoy que pisar un espacio autónomo es quemarse con la policía. A ellos les decimos que estas son instancias válidas de crecimiento revolucionario y tienen hoy tanta o menos vigilancia policial que un colegio o una universidad tomada.
Porque no es simplemente una casa lo que el enemigo desea que olvidemos o ignoremos, sino las ideas y prácticas antiautoritarias que allí se difunden y que acrecientan nuestra libertad en conflicto permanente contra toda forma de dominación.
Por eso llamamos a la solidaridad activa con los espacios autónomos y las casas ocupadas que se plantean como una herramienta de lucha con el poder.
…Empuñando una vez más la memoria combativa contra el olvido, el silenciamiento y el conformismo que alimentan al enemigo…
Sin Banderas Ni Fronteras,
núcleo anti-autoritario de agitación y propaganda escrita.