Este texto fue enviado para aparecer en el segundo numero de «Destruye Las Prisiones» pero por diferentes circunstancias no pudo ser incluido. Además este artículo tiene como referencia a lo ocurrido con el compañero Tortuga.
II Detonación
La acción del Neil, levanto sobre su persona todo tipo de calumnias mediáticas, inclusivo siendo calificado por la prensa local como un “extraño acto de autodestrucción” o un “ligero y triste nihilismo”
Antes de morir Neils dejo un graffiti en un baño cercano al lugar de la detonación que rezaba lo siguiente: “hemos mantenido un silencio cercano a la estupidez”, firmado con una A dentro del círculo y un tatuaje que decía “No hay futuro, este punki no llega a los 23”
La acción de Neil se produce en el contexto del gobierno proto-fascista de Sir Robert Muldoon apodado el “cochino”, del conservador Partido Nacional de Nueva Zelanda que gobierno desde 1975 hasta 1984 bajo el auspicio de la Corona Británica y cuyo gobierno fue celebre por apoyar el Apartheid sudafricano, la guerra de las Malvinas y las razzias contra los pueblos originarios de esa región oceánica.
III Detonación
chilena. Vertiendo sobre él infinidad de comentarios, suposiciones e hipótesis que buscan generar un marco pre-represivo sobre los baches de rebeldía en el asfalto social.
Mas allá de los juicios de valor que emitan los compañeros de las diferentes corrientes que componen nuestro pensamiento antiautoritario, es necesario acotar que el compa decidió ir mas allá del simple espectáculo al cual nos ha acostumbrado el precario movimiento anarquista global.
Por ello es pertinente recalcar que el estampido es un elemento inherente a nuestra vehemente existencia y a lo que debe ser nuestra relación con las instituciones que nos oprimen, por lo cual los trágicos fogonazos
deben ser un calculo siempre presente en la sedición, por ello quizás un elemento valioso en nuestras afiladas vida de autocrítica debe ser un cambio del paradigma insurreccional, evitando los calamitosos accidentes.
Los compañeros mencionados anteriormente no solo están hermanados por la idea y el estruendo que consumió sus vidas apartándolos de nuestro lado, sino que todos ellos dirigieron sus ataques de forma concreta contra el Complejo Penal Industrial y sus engranajes de cooperación, como por ejemplo las ofertas que hace el Banco Santander a los empleados penitenciarios en España.
Es por ello que en estos momentos de desasosiego, incertidumbre y del lento despertar de Luciano, es que a través de estas líneas solicitamos toda la cooperación y solidaridad sobre todo con su joven hija y compañera que son las que padecen la peor situación, así como con el compañero cuya precaria situación preocupa a muchos.
Siempre es bueno recordar y para finalizar, que la solidaridad no es solamente una palabra escrita.