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Con esto concluye solo una etapa donde logramos revertir el gigante obstáculo de la «unanimidad» de los votos, medida particularmente excepcional para revocar la prisión, creada por Jaime Guzmán, arquitecto de la constitución teñida de honores militares y sangre. Esta unanimidad fue un punto a denunciar mediante la huelga de hambre y un impedimento que hemos logrado superar en cada batalla que se transformaba cada audiencia e inminente apelación.
Salir de la prisión y de nuestra condición de rehenes y secuestrados no es un hecho menor, es un cambio radical en el cotideano pero no perdemos el norte.
En lo que respecta al «caso bombas», el proceso sigue su curso como también la guillotina jurídica que continua balanceándose sobre nuestras cabezas, la nefasta ley antiterrorista y sus potestades sigue siendo la principal herramienta de nuestros acechadores junto con los incontables vicios procesales.
El Caso sigue, al igual que nuestro rechazo a sus inventos. No nos descuidamos ni relajamos hasta que las 600 hojas de la acusación se vuelvan lo que siempre han sido: absurdas e inconexas palabras.
A pesar de ser los últimos compañeros de la «operación salamandra» en abandonar la prisión, en ningún caso los últimos compas tras las rejas. El llamado es a nunca olvidar a todos los revolucionarios que actualmente siguen secuestrados tras las rejas como tampoco olvidar las rejas y candados, el delirio mismo de que un hombre encadene y encierre a otro hombre.
Un fuerte abrazo para todos los prisioneros combatientes.
Saludos a todos los compañeros que han estado con nosotros en esta etapa, a los conocidos, a los desconocidos y a los por conocer.
-Felipe guerra
-Francisco Solar
Mayo 2011