>Carta de Tom Harris, preso por la Liberación Animal

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Hola, es mi veinteavo dia en la casa de Gran Hermano. No puedo creer que ya hayan pasado tantos días. Parece que fuese ayer cuando nos trasladaron desde los juzgados de Winchester, con destino a Chateaux D´lf (*). Una fría niebla descendió sobre la furgoneta donde nos llevaban cuando nos acercábamos a los muros de la prisión, cubiertos con las calaveras de los que habían intentado escapar de allí. Afortunadamente, en ese momento, un grupo de estudiantes traviesos decidieron secuestrar la furgoneta y traerla hasta aquí, lo que puede ser solo descrito como un campus universitario de bajo presupuesto. Olvida todo lo que creías que sabías sobre la cárcel, pasar dos años aquí será como pasar dos años en un hotel de precio bastante económico. Es una pena que haya tantos cerrojos, pero no me podía permitir un hotel de cinco estrellas. Para mí, lo mejor es el gimnasio gratis, el tiempo que he pasado aquí solo lo he usado dos veces, pero dejad que pasen los dos años y ya veréis como me pongo como Stan Tookie Williams.

Gracias al Grupo de Apoyo a Presos Veganos la comida aquí es muy buena, especialmente cuando la suplementas con cosas de la cantina.

La terrible burocracia de aquí es un cachondeo; cualquier trámite tarda una eternidad, y si necesitas algo prepárate para pedirlo al menos una docena de veces. Esta abismal administración ha alcanzado hoy un clímax hilarante cuando descubrimos que uno de los internos no consta en el sistema informático de la prisión. Podría irse cuando quisiese y nadie se daría ni cuenta. Sea como sea, y dejando a un lado este telón de fondo de ineptitud, estoy bien alimentado, apoyado y me siento muy cuidado.

Hace algunos años, en una protesta contra un criadero de perros beagle en Cambridgeshire, me deslicé sobre el alambre de espinos y pasé dos horas con los perros, todos ellos con un mismo destino, ser torturados y asesinados dentro de sitios como HLS. Me encontré con perros que tenían una masa sanguinolenta en lugar de dientes, de haber mordido frenéticamente los barrotes de sus jaulas, en un intento inútil por escapar de allí; otros cachorros temblaban y se intentaban esconder al fondo de sus jaulas, aterrorizados por la presencia de un humano; en lugar de un lugar para dormir, los suelos de las jaulas estaban cubiertos de heces y orina. Una gruesa capa de moscas y amoniaco cubrían el suelo de cemento. No es necesario que diga que aquello fue una de las experiencias más duras y dolorosas de mi vida, dejar a todos aquellos perros en aquel infierno, incapaz de evitarles los horrores que inevitablemente iban a padecer. Tras dos horas, la policía me sacó de allí. En comparación con aquello, mi vida aquí serán unas confortables vacaciones. Cumpliré mi condena sabiendo que no pasaré hambre, no seré torturado, y en algún momento seré puesto en libertad. No podría quejarme de mi condena, o sentirme mal por ello, saldré de aquí con más fuerza. Esos cachorros solo saldrán de esos laboratorios en bolsas de cadáveres.

Muchas gracias a todos por vuestro apoyo, me voy a la sala de ejercicios a tratar de quitarme todo eso de la cabeza.

Amor y liberación, Tom x