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Casi como si hubiese sigo pronosticada por las marchas anteriores, la de este miércoles terminó siendo un campo de batalla.
Un poco para contextualizar, aún cuando las imágenes hablan por si solas, el ambiente comenzó siendo hostil. Antes de que se comenzara a marchar, los tinkus – una vez más solidarizando con lxs compañerxs- fueron advertidxs por la policía de que sólo podrían manifestarse en un lugar puntual, podían bailar y tocar, pero si se les ocurría marchar serían detenidxs. Adivinen que sucedió. El tinku se dispuso a bailar y comenzó a moverse, las demás personas asistentes a la manifestación les secundaron y se fue formando una marcha llena de lienzos y pancartas, pero delimitada todo el tiempo por la policía que -como si les fuera costumbre- filmaba y fotografiaba cada paso. No se logró avanzar una cuadra si quiera, cuando por detrás el guanaco -automóvil policial que arroja agua putrefacta- comenzó a dispersar a la gente tanto participe de la marcha como transeúntes que estaban sentadxs o jugando ajedréz en la plaza de armas.
Varias individualidades corrieron y varias otras se tomaron calles gritando por lxs compañerxs. Hubieron calles e intersecciones tomadas por más de 20 minutos, transformando el tránsito en una larga fila de automóviles y buses. Hubieron cerca de 8 compañerxs detenidxs que fueron llevados a la comisaría, en donde la policía de fuerzas especiales les tomó una fotografía a cada unx. Sin embargo, tras negarse a firmar la causa de sus detenciones -desorden público-, pudieron salir y ahora están en la calle.
El dolor se agiganta pero nos nos consume y las muestras de solidaridad hoy son el fiel reflejo del asco hacia las leyes que tienen hoy en prisión a nuestras y nuestros hermanas y hermanos: deseamos su libertad ya, las ansías por verles en la calle y estrecharles las manos poseen mucha fuerza. Sobre todo hoy después de enterarnos que la audiencia fue suspendida con el ridículo argumento de falta de tiempo, garantía y un lugar apropiado para realizarse, siendo que todo podría haberse conseguido de ante mano con los innumerables recursos que posee el estado.
No hace falta hacer un llamado a la solidaridad con lxs compañerxs…
NOSOTROS Y NOSOTRAS SOMOS ESA SOLIDARIDAD.