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Al cumplirse ya 2 meses de iniciado el juicio contra 18 mapuche enCañete, las acusaciones de la fiscalía y sus pruebas, se les han rebelado en su contra, dejando a la luz las sucias artimañas con las que intentan castigar al movimiento mapuche. Sus supuestos testigos protegidos han decidido denunciar las torturas y engaños de que fueron víctimas por parte del fiscal Andrés Cruz.
Al no existir pruebas concretas contra quienes quieren mantener encarcelados, los fiscales recurren al uso de manipulados y falsos testimonios de supuestos testigos, tratando de hacer creer a los jueces y la opinión pública que hay gente de las mismas comunidades dispuestas a colaborar y apuntar con el dedo a aquellos que la misma fiscalía les señala.
Estas personas, que en un inicio serían más de 30, son presentadas sin rostro y sin identidad, es decir, la veracidad de su testimonio queda al arbitrio de lo que permite la justicia chilena, y en este caso, los jueces se han prestado para ese juego. Quizás sabiendo que son los argumentos con más peso que esgrime la Fiscalía contra la resistencia en el Lleu Lleu.
Pero en el fondo, todos saben que esas declaraciones bajo tortura son las únicas pruebas que hasta ahora mantienen encarcelados a Marco Millanao y Eduardo Painemil, además de Juan Carlos Millanao en la clandestinidad y a Simón Millas y Andrés Santi bajo medidas cautelares. Todos acusados por incendios de cabañas en la ribera del Lleu Lleu.
Pero sucede que parte importante de dichos testigos superaron el miedo a las represalias y decidieron presentarse ante el Tribunal de Cañete para denunciar las torturas, apremios y engañas de que fueron objeto para firmar declaraciones que ni siquiera leyeron.
De esta forma llegaron hasta el Tribunal de Juicio Oral de Cañete un gran número de comuneros de la zona del Lleu Lleu para de alguna forma encarar a la justicia chilena y la forma en que encubre estos hechos.
Sin embargo, dado lo bochornoso que significa esta denuncia para el fiscal Andrés Cruz, éste no quiere ahora presentar a sus famosos testigos, porque claro está, el tiro nuevamente le saldría por la culata. Más encima, los mismos jueces se hicieron los lesos y no consideraron la solicitud de estas personas que querían denunciar la violencia de que fueron objeto.
Sólo con un resquicio legal que supo usar la defensa de los mapuche, se pudo mencionar la existencia del real testimonio de estos comuneros que han sido usados contra su propia gente de la manera más vil por parte de los organismos de seguridad del Estado chileno. Y eso que no hemos hablado de la famosa “delación compensada” o los sueldos que reciben supuestos delatores.
Testigos con rostro e identidad: la verdad de lo ocurrido.
Familias de la comunidad Caupolicán, del territorio Lleu Lleu, acompañaron al joven Rodrigo Viluñir Calbul, quien junto a su madre Luz Calbul y el dirigente de la comunidad Patricio Cona, contaron a los medios su testimonio.
Rodrigo dice que un grupo de carabineros sin motivo alguno lo tomaron subieron a un vehículo junto a su padre en agosto de 2009: “Nos trasladaron en camionetas separadas, a mi en una camioneta roja y a él en la cuca. Me bajaron en Lanalhue y ahí me preguntaron si los conocía”, allí le mencionaron a los mapuche imputados de 6 incendios en la zona, que son comuneros del sector donde vive Rodrigo.
“…Ahí me dijeron que tenía que colaborar, pero les dije que no sabía nada y ahí me empezaron a pegar…
Me colgaron del puente (del río Lanalhue, de los pies, boca abajo, por un lapso de media hora) y me dijeron que hablara y yo le dije que no tenía que hablar nada, si no sabía nada. Ahí me dijeron “querí morir… vai a hablar o no”. …llegó uno, sacó la escopeta y la cargó. Ahí me puse a llorar, ahí me torturaron. Después en Cañete me hicieron firmar hojas y yo les dije ¿puedo leerlas? No me dijeron, tu no podí leer nada, te vay pa´ la casa altiro. Ahí tenía 17 años.”
Cuando estaban en Cañete, Rodrigo relata que: “a mi papá lo metieron en una sala y a mi en otra… y me decían: si tu papá está hablando, tení que hablar… vay a hablar o querí que te pegue, pegueme si no se nada -respondía- …me tenían esposado con todas las manos coloradas”.
Rodrigo también recuerda que fue llevado a Talcahuano y al ser consultado por cuál era el fiscal presente en ese lugar, respondió que “uno grande, alto… fiscal Cruz, parece que era”.
Ya de vuelta en la comunidad, Rodrigo se acercó a Patricio Cona, dirigente de la comunidad, pidiéndole ayuda por esta situación que no sólo ha sufrido él y su padre, sino que también su hermano José Viluñir, que fue detenido en septiembre de 2009.