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Fueron 7 días de mucho amor pero también de mucha incertidumbre y rabia, mis pasos nuevamente pisaban la anhelada calle y llenaba mis pulmones de ansias y muchísimos sueños, pero mi feliz andar siempre estuvo seguido por los persecutores, estuve siempre custodiada y vigilada. Cumplí con los “requisitos” que se me exigieron: firmé, no tuve comunicación con lxs co-imputadxs ni salí del territorio nazional, confié inocentemente que asistiendo el día 14 de diciembre a la 6ª Sala de la Corte de Apelaciones de Santiago mi cautelosa libertad seguiría en la calle, pero no, eso no le bastaba al Poder: asistí nuevamente a una maquiavélica audiencia, donde el presidente de la sala, el “excelentísimo” Cornelio Villarroel no tuvo ni el menor atisbo de respeto, no quiso escuchar los argumentos de mi defensa, no así con las fantasiosas e irrisorias pruebas que el fiscal Marcos Emilfork presentó, su rostro denotaba el disfrute de los falsos argumentos que tanto la Fiscalía, el CDE, la Iglesia, el Ministerio del Interior y los señores de los lujosos Hoteles de Chile mostraban frente a su rostro gozoso e inquisidor.
Recalcaron mi inexistente participación en una imaginaria asociación ilícita, hurgaban en un proceso judicial que solo denotó un montaje político en Argentina, criminalizaron mi relación amorosa y condenaron a mis amigxs… Apareció entonces su gran prueba: un afiche que me asociaba a la trágica-valiente muerte del Punky Mauri (a quien jamás conocí pero se merece mi mayor respeto), hablaron de apología a la violencia y que mi personalidad era impulsiva… No contentos con todo aquello los 3 excelentísimos votaron en mi contra, por mi nuevo encarcelamiento.
Todo transcurrió de manera extremadamente ridícula, nuevamente muchas cámaras, muchas fotos, muchos micrófonos que no se cansaban de exhibir mi cara de odio. Un periodista de un medio que no recuerdo me preguntó ¿Crees en la Justicia? A lo que respondí: “En este país no hay democracia. Libertad a los presos políticos”, sin pensar en argumentos ideológicos ni semánticos, sin ninguna intención de apelar por su injusta y mal llamada justicia. No creo en su Estado, menos en su democracia.
Insisten en una asociación ilícita que no tiene pies ni cabeza, la única asociación que hoy en día existe es la de lxs verdugos carcelerxs, custodixs de la ley, quienes acostumbran a obedecer órdenes y se consolidan en una organización jerarquizada y con cargos, sin ningún tipo de autonomía ni poder de decisión; esto quedó en claro el fatídico 8 de diciembre donde 81 presos de la Cárcel de San Miguel fueron asesinados, masacrados en las incandescentes llamas que contenían todo lo más putrefacto de esta maldita sociedad. Fueron eliminados de la manera más cruel. Nadie los ayudó ¿para qué? Sólo se trató de 81 delincuentes que poco importan, poco importan las más de 81 familias, amigxs, hermanxs, hijxs que desesperadamente buscaban en las listas a sus seres queridos, sí queridos! ¿Dónde estaban los gendarmes? Estaban ahí, a pocos metros de quienes agritos pedían ayuda, pero no, ellos no saben tomar decisiones, no están para eso, sino para acatar órdenes, y como la orden jamás fue ni será velar por la vida de pobres que repletan los centros de exterminio del capital, sólo miraban cómo los cuerpos de los 81 se calcinaban…
Han transcurrido días tensos en distintos penales, muchos de ellos se encuentran con valientes y reivindicativas huelgas de hambre. Hoy el grito en el S.E.A.S del C.P.F es: Derechos y beneficios carcelarios, no más tratos vejatorios para internas ni para nuestras visitas. Hay mujeres aisladas por su airosa movilización que cada vez toma más fuerza. Hoy 15 de diciembre en el Centro de Exterminio Ex Penitenciaría se realiza un motín, la desinformación oficial habla de más de 3 calles de esa jaula movilizada, aún no sabemos cuántos presos han sido golpeados, torturados y vejados…
Esto no se trata de humanizar las cárceles, sino de destruirlas. Todo gesto solidario poco a poco rompe el aislamiento que los muros y barrotes imponen. Hoy el llamado se hace urgente y necesario a no bajar los brazos y con la frente bien en alto, a que la solidaridad sea activa y efectiva desde la trinchera libremente escogida.
Un fuerte y fraternal abrazo a todxs quienes encarceladxs resisten en las mazmorras del capital.
Felipe: gracias por tu preocupación y sincera solidaridad. Efectivamente somos actores de este show que nos ha hermanado en esta hermosa lucha por la libertad. Mucho newen para ti y para todos los compas enjaulados.