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* Por Amig@s de Mumia de México
Para entender la situación actual jurídica, vale la pena revisar unas fechas claves en el caso.
El 2 de julio de 1982 un jurado en Filadelfia encontró a Mumia Abu-Jamal culpable del homicidio en primer grado del policía Daniel Faulkner el 9 de diciembre de 1981 en Filadelfia.
El 3 de julio de 1982, fue sentenciado a muerte.
Durante los ’80 y los ’90 hubo muchas apelaciones para presentar nueva evidencia a su favor y para evidenciar la ocultación del jurado de pruebas exculpatorias. Las cortes se han negado a escuchar evidencia sobre las retractaciones de testigos, la confesión de un señor que afirma haber matado al policía, y evidencia fotográfica que muestra que los testigos de cargo mintieron y que los policías manipularon la evidencia en la escena del crimen, entre otras pruebas.
En 1996, Bill Clinton promovió y firmó la Ley contra el Terrorismo y por una Pena de Muerte Efectiva, haciendo casi imposible que una persona condenada a muerte consiga un nuevo juicio. Si el caso entra en las cortes federales sin evidencia de inocencia establecida en cortes estatales, los jueces federales no pueden considerar esta evidencia.
Aún así, en dos ocasiones cuando Mumia tenía una fecha de ejecución ––en 1995 y 1999–– las órdenes de ejecución fueron canceladas en el último momento debido al amplio apoyo mostrado en Estados Unidos y en muchas partes del mundo.
El 18 de diciembre de 2001, el juez federal William Yohn del Tribunal del Distrito Oriental en Pensilvania, revocó la pena de muerte pero afirmó la culpabilidad de Mumia. Al citar el dictamen en el caso Mills vs. Maryland de 1988, Yohn dijo que las instrucciones al jurado del juez Sabo eran confusas y que los integrantes del jurado pudieron haber creído, erróneamente, que tenían que estar de acuerdo unánimemente sobre cualquier circunstancia atenuante (como el buen carácter o la ausencia de un record criminal) para considerarla como un motivo para no imponer la pena de muerte.
El juez Yohn ordenó la celebración de una nueva audiencia ante un jurado sobre la sentencia (cadena perpetua o muerte) dentro de 180 días en el evento de que la Fiscalía de Filadelfia decidiera reimponer la pena de muerte. Por otro lado, si la Fiscalía no hizo nada, la sentencia automáticamente sería cadena perpetua. Desde el 18 de diciembre de 2001 hasta el 19 de enero de 2010, Mumia efectivamente tenía la sentencia de cadena perpetua aunque nunca ha salido del corredor de la muerte durante las apelaciones.
El 17 de mayo de 2007, un panel de tres jueces del Tribunal Federal del Tercer Circuito escuchó argumentos orales en Filadelfia sobre las apelaciones de los dos lados. La Fiscalía apeló la revocación de la pena de muerte y el requisito de celebrar una audiencia sobre la sentencia. Mumia, quien buscaba un completamente nuevo juicio para establecer su inocencia, apeló la sentencia de culpabilidad debido a las violaciones de sus derechos constitucionales en el juicio: el racismo en la selección del jurado, el racismo del juez William Sabo, quien le dijo a su secretario que “iba a ayudarles a freír al nigger”, y el engaño a los integrantes del jurado por el fiscal Joe McGill, a quienes les aseguró que Mumia tendría muchas apelaciones para aminorar sus sentimientos de culpabilidad al ordenar su ejecución.
El argumento oral central en la audiencia del 17 de mayo era sobre el racismo en la selección del jurado, conocido como la cuestión Batson debido al famoso caso de Batson vs. Kentucky, que estableció que una persona tenía el derecho a un nuevo juicio en caso de la exclusión de candidatos al jurado debido a prejuicio racial. En el juicio de 1982, el fiscal Joe McGill usó 10 de sus 15 opciones de eliminar candidatos negros aceptables.
El 27 de marzo de 2008, el panel del Tercer Circuito rechazó la apelación de Mumia para un nuevo juicio, 2-1, diciendo que no hubo la más mínima indicación de racismo en el juicio y que Mumia tenía la obligación de comprobar la composición racial del grupo de candidatos al jurado, algo no requerido en ningún otro caso; sólo el juez Ambro discrepó sobre la cuestión “Batson”, diciendo que la corte debería aplicar el mismo estándar en el caso de Mumia que se había aplicado en muchos otros casos.
A la vez, el panel rechazó la petición de la Fiscalía para anular la decisión del juez Yohn, esencialmente dejando la situación igual que en el 2001 (aunque en muchos medios, esta decisión fue presentada como una gran victoria para Mumia).
Los dos lados apelaron de nuevo, cada quien presentando su petición de certiorari a la Suprema Corte de Estados Unidos; en efecto es una petición para que la Corte considere el caso para determinar si hubo irregularidades en las decisiones de las cortes inferiores.
El 6 de abril de 2009, la Suprema Corte le negó certiorari a Mumia, efectivamente rompiendo sus propias reglas para negarle un nuevo juicio.
Por otro lado, después de una tardanza sospechosa de casi un año, la Suprema Corte aceptó la petición de certioriari de la Fiscalía el 19 de enero de 2010, anulando la revocación de la pena de muerte y mandando el caso de nuevo al Tercer Circuito para “revisar” su decisión de 2008 a la luz de la decisión de la Suprema Corte una semana antes en el caso Smith v Spisak.
En el caso del neo-nazi Frank Spisak, la Suprema Corte reimpuso la pena de muerte que había sido revocada por los mismos motivos jurídicos (el caso Mills) citados en el caso de Mumia. A todas luces, el motivo de la tardanza era usar el caso de un asesino que pretendió “reducir la población de negros en el mundo” y quien gritó ¡Heil Hitler! en su juicio para perjudicar legalmente y psicológicamente el caso de un compañero que ha luchado durante toda su vida para un mundo de justicia y libertad para el pueblo africano-americano y para toda la gente.
En vista de las instrucciones de la Suprema Corte, el Tercer Circuito debe considerar si hizo un error, o no, al avalar la decisión del juez Yohn con respecto a la pena de muerte y el requisito de celebrar una audiencia sobre la sentencia. Cabe señalar que cuando la Suprema Corte devuelve un caso a una corte inferior, por lo general, le está ordenando a “corregir” su error. En este caso el mensaje al Tercer Circuito está claro: Avale la pena de muerte para Mumia Abu-Jamal.
El 9 de noviembre de 2010 el Tercer Circuito escuchará argumentos de los dos lados sobre la pena de muerte. La fiscalía de Filadelfia, en contubernio con la Orden Fraternal de Policía, nunca ha desistido en su afán de ejecutar a Mumia, pero hasta ahora no lo ha declarado formalmente porque temía la celebración de una audiencia en la que los crímenes policiales y judiciales contra Mumia saldrían a la luz. Sin embargo, embravecido por las nuevas instrucciones de la Suprema Corte, el nuevo fiscal de Filadelfia, Seth Williams, un señor que nació negro, ahora ha dicho formalmente que pretende aplicar la pena de muerte.
El Tribunal del Tercer Circuito podría defender su respaldo en 2008 de las decisiones del 2001 de revocar la pena de muerte y requerir la audiencia para determinar la sentencia. O podría devolver el caso al Tribunal de Distrito para reconsiderar su decisión. Otra opción es que el Tribunal del Tercer Circuito podría celebrar una audiencia estrictamente sobre la evidencia. En todas estas opciones posibles pero poco probables, lo mejor que Mumia Abu-Jamal puede esperar es una sentencia de cadena perpetua sin la posibilidad de libertad condicional.
Por lo contrario, el Tercer Circuito podría cumplir con la obvia voluntad de la Suprema Corte y permitir que la Fiscalía de Filadelfia ejecute a Mumia Abu-Jamal sin audiencia alguna.
Lo que está en juego en este momento es la audiencia—y la vida de Mumia Abu-Jamal.
Aunque las únicas opciones serían cadena perpetua o muerte en este tipo de audiencia, Mumia sigue pensando que es muy importante presentar su historia en un tribunal. Si el Tercer Circuito falla en su contra, él seguramente apelará a la Suprema Corte de nuevo a pesar de la obvia voluntad de la Corte para matarlo.
Por si acaso el Tercer Circuito falle en contra de la Fiscalía, es probable que Seth Williams siga el ejemplo de los abogados de Spisak, es decir, apelar a la Suprema Corte de nuevo para que avale la opción de la muerte.
Entonces, según el sistema de injusticia ahora imperante en Estados Unidos, no existe la posibilidad de justicia para Mumia Abu-Jamal. Su mejor opción sería la muerte lenta, es decir la cadena perpetua, pero en este momento la clara intención del Estado es matarlo de una vez.
¿Saldrá con la suya? La respuesta está en la calle.
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Lo que puedes hacer:
Organiza una acción o evento en tu ciudad. El 9 de noviembre habrá una gran manifestación en Filadelfia fuera del tribunal. También habrá acciones en otras partes del mundo en esta fecha y el alrededor del 9 de diciembre, el aniversario de la detención de Mumia en 1981.
Pinta un mural, haz un esténcil, haz playeras, escribe un poema o canción.
Presiona a Obama a tomar una posición a favor de Mumia y en contra de la pena de muerte. No tenemos confianza en ningún gobernante, pero a veces responden a la presión pública.
Firma en línea: http://www.petitiononline.com/Mumialaw/petition-sign.html
Presiona al procurador Eric Holder a abrir una investigación de derechos civiles: Secretaría de Justicia 202-514-2000; 202-353-1555; webmaster@usdoj.gov
Para más información en español: www.noticiasdelarebelion.info, http://rz941.saltoscuanticos.org/ http://cmldf.lunasesta.org, www.regeneracionradio.org, www.kehuelga.org, http://www.cronopios.zobyhost.com/ http://mexico.indymedia.org, http://zapateando.wordpress.com, www.kaosenlared.net y http://lahaine.org
¡Ni muerte ni cadena perpetua! ¡Libertad para Mumia Abu-Jamal! ¡Pres@ polític@s libertad! ¡Abajo los muros de las prisiones!
presoslibertad@riseup.net
Fuente: www.Noticiasdelarebelion.info