>… Una Necesaria Invitación al Debate Sobre la Ofensiva Contra el Estado, el Capital y la Autoridad en Todas sus Formas

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Como anarquistas-autonomxs-antiautoritarixs, una de las herramientas o prácticas que nos definen como tales es la acción directa y el sabotaje, la que utilizamos con el objetivo de ser un aporte concreto a la extensión del conflicto social y la revuelta, tomando con esto también la vida en nuestras manos.

El objetivo de este escrito, es la invitación a todxs aquellxs que ya iniciaron un camino, a todxs lxs antiautoritarixs de la península y porque no del mundo, para abrir un espacio de intercambio-debate-reflexión-(auto)críticas para poder salir del silencio o anonimato, o para comunicarnos a través de reivindicaciones de las acciones que realizamos. Vemos muy importante no quedarnos aisladxs ante la realidad diversa en la que vivimos; por eso necesitamos este debate continuo, con la finalidad de continuar con estas herramientas necesarias en la lucha, mejorando nuestro apunte, superando nuestros límites. Por otro lado queremos también inspirar, animar y recordar con todos los pequeños golpes y gestos de solidaridad que la lucha sigue y que no estamos solxs.

Algunas aclaraciones previas: el ataque dentro de la praxis política

Las ocasiones en que ponemos en práctica la acción directa son muy variadas, algunas veces éstas son de carácter ofensivo, como un ataque directo y frontal contra los símbolos del estado y capital (responsables de la explotación de la tierra, de los animales y humanxs). Otras acciones las llevamos a cabo como respuestas a agresiones que recibimos: conflictos sociales, encarcelamientos, muertes… y otras que se desarrollan dentro del marco de una campaña específica, y de carácter puntual.

Ya que estamos hablando de acción directa, decir que ésta no se basa simplemente en salir una noche y romper-destruir-incendiar y ya; entendemos ésta práctica como válida cuando esta también conlleva una revolución en el día a día y en lo cotidiano; también tenemos que ser capaces de poder analizar qué tipo de acción es más oportuna para el momento y la situación en la que nos encontramos …Podemos ver con alegría, a través de los distintos comunicados que circulan que estamos recuperando nuevamente la noche, faltaría también recuperar la calle en el día, y dotarnos con esto de un aprendizaje y una posibilidad de desperdigar nuestras ideas y prácticas.

Por otro lado, entendemos que la práctica revolucionaria no está basada exclusivamente en la acción directa, creemos que ésta debe ir a la par y complementarse con otros proyectos y espacios políticos como: bibliotecas libertarias, CSO-Ateneus, periódicos y revistas, radios, mucha propaganda en las calles, y colectivos que aborden problemáticas específicas, siempre y cuando estas se encuentren lejos de cualquier lógica autoritaria y de convivencia pacífica con las estructuras del poder… es en la suma de estas prácticas donde podemos encontrar un aporte al conjunto, ya que si no hay redes, intercambios y apoyo entre nosotrxs, y no logramos entender el aporte que cada uno hace, al final nuestras acciones e iniciativas quedan aisladas, sin valor ni transcendencia, siendo esto una lástima y una verdadera perdida de energías para todxs. Es plenamente comprensible que cada compañerx tienda a centrarse en aquel tipo de práctica que más responda a sus inquietudes, y no queremos tampoco caer en el manida (y generalmente mal planteada) crítica a la especialización, ya que creemos que ciertas prácticas requieren una dedicación y una atención especial, cuando no exclusiva… pero sí queremos recalcar que creemos que caemos en un error importante de perspectiva cada vez que despreciamos, desde razonamientos políticos o estratégicos, todas estas iniciativas que señalábamos anteriormente. Enfrentar la práctica de la propaganda con la de la acción, como si éstas no estuviesen íntimamente relacionadas y se reforzasen entre si en una sinergía de límites difíciles de establecer (la acción es sin duda la mejor propaganda, y la propaganda extiende, sustenta y da contenido a la acción), responde a un planteamiento demasiado simplista como para ser tenido en cuenta. La propaganda, al menos como nosotrxs la entendemos, es un momento de la fermentación política anarquista, una forma de alimentar el caldo de cultivo del cual surgen las acciones y todo lo demás. Tenemos que encontrar la forma de poder golpear más y mejor y extenderla a los distitos aspectos de la vida. Lamentablemente para muchxs, el espacio de encuentro por excelencia, son las innumerables fiestas que llenan la agenda “antiautoriataria” semanal.

Afrontando el ataque
Preguntándonos sobre los posibles motivos en la falta de acciones, la pérdida de la calle o la lastimosa paz social que nos está tocando vivir, creemos necesario hacer una auto-crítica (siempre desde la humildad). Rechazamos las actitudes arrogantes, de chulerismo (todxs quizas las hemos tenido en algún momento) y el vanguardismo; todxs hemos sentido y vivido el miedo, o nos hemos comido algún marrón o simplemente evitamos cualquier situación marronera. Como seres humanxs, no podemos negar estos sentimientos, pero los tenemos que currar profundamente para que no nos paralizen, nos lleven a la pasividad o a la no acción y nos convirtamos en “bomberos” en nuestras propias vidas. De la misma forma, tenemos que ser sincerxs con nosotrxs mismxs y vivir estos procesos paso a paso, con decisión pero sin precipitaciones ni xapuzas y siempre mirando hacia adelante. Así como no creemos la jerarquización de las herramientas de la lucha, tampoco sentimos que alguien sea más o menos por que alguna vez hizo tal o cual cosa. Desnaturalizar nuestras vivencias en torno al ataque y a las emociones que nos provocan, negar nuestras propias debilidades y sentimientos, no sólo supone un engaño hacia nosotrxs mismxs… también es una falta de honestidad revolucionaria hacia lxs compañerxs (especialmente lxs más jovenes), en tanto que al transmitir una visión fetichista de la violencia y la lucha desligamos la práctica del código de valores y la condición humana que nos caracteriza, abriendo la puerta a desastrosos resultados, a veces irreparables. Con esto no queremos decir que toda acción deba regisrse por unos mismos principios. El entorno anarquista-autónomo, a pesar de su reducido tamaño, engloba una rica diversidad de tendencias y polos ideológicos… pero creemos que desde cada una de estas formas de pensar, hay que hacer un esfuerzo por poner sobre la mesa de todxs las verdades y mentiras de una herramienta que no admite fallos, por las graves consecuencias que se derivan de su puesta en práctica.

Otra expresión de la poca madurez con la que se encara el ataque, es el simplismo y la linealidad con el que a menudo se valoran las acciones. Colocadas sobre una escala basada en la “dureza”, o dicho de otra manera, en una escala que va de un nivel bajo de espectacularidad a uno alto, se reduce el análisis de la acción a su aspecto mas superficial, no entendiendo que no es sólo la herramienta que se utiliza -martillo, artefacto incendiario, explosivos, armas de fuego…- la que define su carácter, sino un conjunto de parámetros entre los que por supuesto se encuentra el tipo de herramienta, pero no únicamente. Pensamos que un ataque puede ser valorado desde múltiples facetas. Un ataque es coherente si responde a los principios políticos que llevan a plantearla, tiene valor de agitación en función de su capacidad para agrietar esquemas y contenidos sociales, es personalmente satisfactorio si responde a la necesidad de sublevación y enfrentamiento de la persona que participa en él, estratégico si esta encaminada a alcanzar un objetivo dentro de un plan previo y efectivo si realmente consigue alcanzarlo, etc etc. Analizando las cosas de esta manera, a menudo nos damos cuenta de que rompiendo un cristal, a una determinada hora del dia, escogiendo determinado objetivo, en determinado contexto, podemos conseguir lo que utilizando herramientas mas destructivas no podríamos. Y por supuesto al contrario: otras veces, sentandonos a analizar la situación, pensando en la acción que debe llevarse a cabo, llegamos a la conclusión de que lo más apropiado es recurrir a algo más que una piedra o un martillo.

Grupo de afinidad y redes

Las acciones se llevan a cabo a través de los grupos de afinidad, la afinidad no se basa únicamente en tener una práctica común entre compas, nostrxs la entendemos y la vivimos como algo más profundo y personal, conociendo lo suficientemente bien a tus compas como para alcanzar un punto alto de sintonía y compenetración. Conocer el carácter y la forma de reaccionar ante posibles imprevistos de lxs demás componentes del grupo permite tomar decisiones más adecuadas en momentos poco propicios a la discusión, evitando así detenciones y sucesos desagradables. De la misma manera, también nos parece de vital importancia que todas las personas se sientan cómodas y seguras, en definitiva a gusto, con la acción que se va a realizar.

Otro aspecto crucial, y en el que a menudo padecemos grandes carencias, son las “redes” o infraestructura (personales y materiales) que dan soporte a la actividad del grupo. Articular una red de colaboradorxs y elementos materiales (espacios seguros, herramientas,etc.) amplía significativamente las perspectivas y posibildiades a las que el grupo de acción puede aspirar.

Por otro lado, el poco apoyo y comunicación entre grupos (consolidados o emergentes) y no simplemente en esto sino que también tendríamos que mejorar la comunicación para apoyarnos las unxs a las otrxs en lo que se pueda y sea viable. Aquí también puede jugar un papel importante gente de otras generaciones o con mas rodaje y trayectoria, para prevenir la repetición de errores, transmisión de conocimientos de tipo técnico, consejos de tipo más general (como “moverse” en la calle…)
Porque al final, ante toda la represión del sistema y toda la caza de brujas que la sociedad ha organizado sobre el “enemigo interno”, necesitamos un apoyo y solidaridad fuerte entre nosotrxs.

De la defensiva a la ofensiva, concreción de objetivos y discurso

Cuando leemos comunicados que reivindican una acción, vemos como la gran mayoría de estos se enmarcan en ataques con un discurso antirepresivo y antipoliciales como en el inicio hablabamos de las distintas acciones o enfoques que les damos, nos damos cuenta como normalmente nos dejamos llevar por la corriente que generan las maniobras represivas. Creemos que aparte de organizar estas necesarias respuestas, deberíamos tomar la iniciativa de atacar, más y mejor, es decir pasar verdaderamente a la ofesiva, diversificando nuestros objetivos, “afinando la puntería” e intentando siempre provocarles el mayor daño material posible. Trasladando el conflicto sobre responsables concretos, sobre todas sus propiedades (casas, coches, centros comerciales..), golpeando estructuras concretas de las instituciones del capital y el estado, hay que dejar volar la imaginación. Reconocemos el carácter simbólico de estas acciones, ninguna acción por si sola destruirá el completo engranaje del poder, pero se nos hace urgente la materialización del enfrentamiento.

Los comunicados tienen que servir para algo más que solo el hecho de comunicar la acción como suceso. Aunque escribir más comporte cierto riesgo añadido, realmente extrañamos comunicados con un discurso más afilado y un claro posicionamientos político… un aspecto sin duda a trabajar por todxs.

Seguir aprendiendo, seguir peleando

De la misma forma que este mundo nos quita muchas cosas, también en él encontramos un amplio abanico de medios útiles para desarrollar la acción directa. En este sentido, cualquier herramienta es susceptible de ser convertida en un arma. Algo que encontramos tirado en la calle, habitualmente utilizado como parte del mobiliario urbano, objetos fáciles de conseguir en cualquier comercio, etc, pueden ser tremendamente destructivos. Es necesario hacer un esfuerzo de formación sobre la técnica del sabotaje, para poner a trabajar la creatividad sobre aquello que puede servirnos. La decisión de atacar en grupo un objetivo no es difícil. Hay muchas maneras y muchísimos métodos diferentes que ya se han puesto en práctica -y todavía muchas más cosas para descubrir, que están allí, a nuestro alcance-.

Sin embargo, esto no quita el hecho de que una buena preparación y un método sobre el que se ha profundizado más nos permita efectuar un ataque seguro, certero y con más probabilidades de éxito.

Soñamos con un mundo lleno de pequeñas pandillas-grupos-bandas diseminadas por todas las ciudades donde un jefe, un rico, un juez, un madero, un periodista, un torturador o un agresor cuente con el hecho de que pueda ser atacado y ridiculizado, temiendo por sus propiedades y la tranquilidad de su asquerosa vida.

Como ya lo dijimos, nuestras palabras, tienen el profundo animo de incentivar, de provocar, de debatir, no somos lxs primerxs ni lxs ultimxs en escribir y decir lo que hemos dicho, pero la llama de la libertad que nace desde nuestros corazones, nos invita a tener que decirlo nuevamente, y a llevarlo a la práctica…
Porque queremos seguir peleando, tenemos que seguir aprendiendo. Esta es nuestra pequeña aportación al intercambio de planteamientos y vivencias que exige este aprendizaje colectivo. Invitamos a que aquellxs a quienes estas líneas consigan provocar alguna reflexión, la transmitan y contribuyan a enriquecer el bagaje de lucha que a base de experiencias de todo tipo, hemos forjado entre todxs y pertenece a todxs.

SOLIDARIDAD Y LIBERTAD A OPRIMIDXS, PRESXS, CLANDESTINXS
UN GUIÑO PARA LXS QUE LUCHAN DESDE FUERA

Barcelona, verano del 2010.