A veces, uno se encuentra en la vida con textos como este.
¿Qué es lo que hay al final de la calle?
Por lo general, otras calles. Pero a veces sucede que eso no es así, y te encuentras con una pared o con el campo abierto. La señal que lo advierte es la misma para los dos casos: calle cortada.
Con un plano en la mano, es fácil orientarse y distinguir las unas de las otras. Pero no siempre es cierto lo que cuentan los planos. Como casi nada en este mundo.
A veces hay que arriesgarse a descubrirlo, aun a sabiendas de que el retroceso no siempre es posible. O deseable.
(Hay campos yermos, y bellos muros pintados. Nadie dijo que la naturaleza fuera idílica. El idilio lo inventamos nosotros para venderlo. Y así es que existen jardines tapiados.)