LO CARCELARIO Y EL PAISAJE ANÁRQUICO

carceles_en_flickr_por_payuta_louro_0El siguiente texto fue escrito especialmente para la «Publicación internacional abolicionista», la cual es una iniciativa propuesta por la CNA Medellin, CNA México y Destruye las prisiones para afilar las ideas contra las prisiones y para la convivencia libre alejada de leyes castigos y prisiones.

Lo carcelario y el paisaje anárquico

El nacimiento del Estado, de la ley penal y de la cárcel surge de la perdida de la autonomía del individuo en todos los aspectos de su existencia, uno de ellos precisamente es la perdida de la posibilidad de la resolución de los propios conflictos de manera directa. La substracción de las potencialidades individuales deviene de la delegación de las mismas (tanto por voluntad propia como por imposición) hacia una autoridad superior y a una estructura social que delimita y obliga las formas de actuación y proceder bajo las diferentes circunstancias de la vida. En ese sentido alguien que vive en libertad acorde con sus potencialidades naturales, individuales y colectivas -sin un sistema que ejerza una dominación y mediación sobre él- tendría la posibilidad de resolver cualquier problema que se le presente recurriendo a metodologías que no forman parte de una maquinaria de Poder o Autoridad y que no se extiende en el tiempo conformando un sistema de dominación, sino que nace y muere en la acción inmediata o continua que se utiliza para resolver el problema. Por ejemplo una persona podría resolver un conflicto tanto por el dialogo, el perdón, la indiferencia, la exclusión o la violencia de manera directa sin recurrir para esto a una super estructura legal, a un juez, a un policía, a las leyes o a la cárcel.

El sistema precisamente es de estas posibilidades (las cuales no son carcelarias) de las cuales nos despojó y si en algún momento a propiciado el “dialogo”, el “perdón” o la violencia es bajo su tutela, sus lógicas y sus valores, intentando siempre dirigir la conducta del individuo hacia aspectos de obediencia y sumisión (secuelas psicológicas). Es decir el sistema bajo cualquier forma que busque “resolver sus conflictos” siempre es para erigirse como vencedor y reafirmarse como autoridad y dueño de nuestrxs actos. El Estado/Capital creó un ordenamiento que debe ser obedecido para a hacer respetar y mantener la propiedad privada, la moralidad, la legalidad y en si el orden social de dominación imperante. Generó leyes contra el robo, leyes de trabajo, leyes de moral pública, leyes de formas de expresión, leyes de comercio, leyes de camino, leyes para cada uno de los aspectos de una vida que se desenvuelve bajo el cielo del capitalismo. Por lo tanto si el individuo transgrede el orden social y moral impuesto acarreara consigo una consecuencia, un castigo y en muchísimos casos termina en la cárcel.

La cárcel y las leyes surge también de entender que la sociedad debe funcionar perfectamente, si hay un error hay que corregirlo. Pero ¿Por qué surgen los errores? Los problemas que existen en el capitalismo son precisamente los problemas propios del capitalismo, así como también de una vida basada en estructuras de poder. Son problemas que tienen que ver con desigualdades sociales y con la vida que creó este al destruir y sustituir las formas de vidas libres y naturales, por formas de vida artificializadas por la necesidad de producción y acumulación de capital. Desapegarnos de la naturaleza y de las formas de vida comunales y anárquicas para ser suplantadas por la idea de “progreso social” y su falso bienestar colectivo, dio origen al capitalismo, a la explotación de humanxs, animales y de la tierra así como de sus respectivas cárceles.

Lxs anarquistas no deberíamos tener nuestro ideal práctico sometido a las formas existentes, no deberíamos ver el “mundo anarquista tal cual existe actualmente” sino más bien, como una nueva forma de existir sobre los cimientos de esta pútrida sociedad. La visión clásica del anarquismo, por ejemplo, expresa principalmente su proyecto en el cambio en las relaciones de la forma en la que está siendo manejada la estructura productiva, es decir la visión de la revolución proletaria en la que lxs proletarixs son los dueños de los medios de producción y con ello alcanzan la libertad. Este tipo de visiones (que aunque ya criticaban las cárceles) basaban y basan sus expectativas en administrar toda la nocividad y la miseria que fue construida por el mundo capitalista, sin darse cuenta lo carcelario que resulta toda la infraestructura creada por el capital para poder esarrollarse y decimos nocividad porque de estas infraestructuras y las actividades que en ellas se realizan surgen los conflictos que nos agobian, distancian y confrontan. Las cárceles, las escuelas, las fábricas, los puestos de trabajo, las iglesias, las sedes gubernamentales, todas estas estructuras físicas surgen precisamente de la necesidad de controlar y dominar. Desde dentro de ellas se gestaron las mentes sumisas y policiales que hoy en día habitan en millones de personas alrededor del planeta para precisamente generar ese estado de orden necesario para consolidar su dominación. Precisamente para la defensa de las estructuras físicas del sistema sus mitos y sus cabecillas, es que se necesita la existencia de policías que protejan sus intereses y la creación de un imaginario colectivo que les avale.

Todo esto realmente tiene que ver con el paisaje en el que estamos inmersxs, si para el sistema existe la necesidad imperante de ir acumulando e incrementando mecanismos de control y de castigo cada vez más complejos sobre lxs individuos, es debido a la complejidad que ha adquirido la sociedad actual. Decimos “paisaje” porque como se mencionó antes existe toda una infraestructura que media nuestras acciones con lógicas propias para que se mueva la maquinaria social, es precisamente por eso que nuestra lucha anarquista tiene que ver con el paisaje, en el sentido en el que afirmamos que para desarrollar mayores posibilidades de autonomía y de libertad se hace necesario un entorno que no esté creado para esclavizarnos, es decir el paisaje que nos brinda la naturaleza. Podríamos recomendar para entender esta lógica salir a la calle, ahí en la ciudad y divisar las posibilidades reales de ser libre frente a la vida gris y las cárceles cotidianas físicas y mentales, y compararlo con un momento en la naturaleza.

Pero entonces ¿todo está perdido?. Hay que entender también que la cárcel o lo carcelario es una relación social y que lxs anarquistas debemos actuar no solo hacia nuestro entorno si no también hacia nosotrxs mismxs y lxs nuestrxs, nuestra actividad o al menos la de ciertxs anarquistas o compañerxs afines es tendiente a la destrucción de lo existente a la vez la vez que se desarrolla una pasión creadora en torno a nuestras relaciones sociales, allí es donde hacemos nacer experiencias liberadoras y donde proyectamos actitudes anti-carcelarias. No actuar como jueces, ni como policías, ni imponiendo leyes ni castigos, peleándonos y disgustándonos cuando es necesario y potenciándonos y apoyándonos también, cuando es necesario. En el frente de ataque, en la ofensiva contra el enemigx no le pedimos justicia al Estado, no exigimos leyes para solucionar problemáticas ni cárceles para quienes no obedecen la ley. De ante mano sabemos que una condicionante para la existencia y obediencia de las leyes es la existencia de cárceles, carcelerxs, jueces, policías y autoridades que las hagan valer. Frente al enemigx no se busca la resolución de conflictos sino el conflicto permanente hasta su sepultura, pero entre nosotrxs la resolución de nuestrxs conflictos de manera directa. Vivir y tomar de lo que hablamos en el “aquí y ahora” es lo más importante antes que teorizar sobre lo que aún no estamos viviendo, “la utopía”.

Ahora, como se mencionaba anteriormente, en una situación “hipotética” donde tengamos ese paisaje que nos permita crear plenamente (también aplica para el “aquí y ahora”), hay ciertos puntos que debemos tener en cuenta desde una perspectiva comunal (en la que el humanx se siente parte de la tierra y no el dueño y sin pretender ser arquitectxs y diseñadorxs del futuro), como que no debemos de buscar la especialización de la resolución de los conflictos ni crear cuerpos judiciales, que la utilización de la violencia de una manera consecutiva o habitual genera un sistema de dominación, que si se quiere seguir en comunidad es mejor dialogar, que un cambio de ambiente no es malo, que no debemos basarnos en la lógica de las mayorías, que el individuo tenga intactas sus potencialidades y que no se le obligue a vivir en comunidad, que la exclusión no siempre tiene que ver con marginalización, que no debe existir una forma inamovible y única para resolver los problemas sino que esta depende de las personas y los contextos, que ni las cárceles, ni los castigos, ni leyes serán una solución, que todo puede ser cuestionado, que si estamos juntxs es por afinidad, que nada es para siempre y lo más importante de todo, que siempre habrá problemas. La cuestión entonces versa en cómo resolver los problemas anárquicamente a elección propia.

Ante todo esto se hace siempre urgente la solidaridad con lxs compañerxs encarceladxs.

Rebelión Inmediata
México
Diciembre 2012