>Nuevo artículo de Walter Bond, preso animalista norteamericano.

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La tribu de los lobos veganos

Bueno, mi sentencia está ya a la vuelta de la esquina y los últimos 12 meses de mi vida han sido interesantes y ajetreados, por llamarlo de algún modo. Un buen amigo me dijo en una ocasión: “La gente que mejor vive y a los que más se respeta son aquellos que se representan a sí mismos tal y como son”. Y esa ha demostrado ser la afirmación más precisa y la más difícil para vivir acorde a ella que he oído jamás. Bueno colega, “!Volvemos a ganar!” A veces me he sentido como Atlas, soportando el peso del mundo sobre mis hombros. Pero la gente que me apoya ha sido totalmente increíble, y nunca subestimaré vuestro esfuerzo. Dicho esto, os querría dar las gracias.

Primero y más importante, a los animales que han cambiado mi vida. A E.T (Extra Trouble –problemas extra), el gato más increíble que he conocido. A todos los cerdos que ví morir en IBP. Aún siento no haber hecho nada por vosotros y siempre seréis quienes me déis mi sentimiento de urgencia en la lucha. A Carrie, la llama que siempre venía corriendo a darme los típicos besos de llama. A Jeffrey Thomas, la mejor cabra del mundo. A Francis, la oveja que Suzie, Chad y yo mismo enterramos, descanse en paz. Gracias por enseñarme que lo que hacemos es importante, porque la vida no dura mucho. A Lerr el gallo, que fue directo de una jaula a mi regazo y me enseñó que los gallos pueden ronronear. Gracias al pavo “Walter”, que fue liberado el día de acción de gracias del 2009 porque otro activista no pudo tomar fotos de aquellos cobertizos sin salvar a al menos uno de los animales que se encontraban encerrados en ellos. Al ciervo que se escapó porque desenterré aquella tarmpa que le habían puesto los cazadores furtivos y la lancé al lago. A Reese el galgo que vivió durante un tiempo en el infierno y ahora puede correr por donde le viene en gana. Y a todos aquellos a los que no pude salvar, siento mucho haberos fallado.

Como activista del .F.L.A y practicante de la acción directa, fui el “Lobo Solitario”. Pero ya no estoy solo. Mucha gente que no conocía de nada me ha ofrecido su apoyo ahora que estoy entre rejas, junto con algunos viejos amigos. Es curioso que cuando pasas a ser un preso político, gente que pensabas que siempre estaría cubriendote las espaldas son los primeros en acusarte o a distanciarse de ti. Y otros que no pensabas que fuesen a hacer nada permanecen a tu lado. Estoy aprendiendo a no juzgar a la gente tan duramente o confiar a ciegas en algunas personas. Esa gente que, desde mi arresto, han deseado lo mejor para mí me han ofrecido lealtad, ferocidad, defensa ante los ataques y auténtico amor. Estéis cerca o estéis lejos, vosotros sois mi tribu de lobos veganos.

Muchísimas gracias a Elizabeth por mantenerme cuerdo cuando me estoy cayendo a pedazos. Siempre estás más pendiente de mi bienestar de lo que lo estoy yo mismo, muchísimo amor, mi hermana vegana. Gracias Michele por enseñarme que las mujeres poseen una inteligencia emocional y una intuición que los hombres no poseemos, pero de la que siempre podemos aprender. Gracias a la gente de Denver que me visita media hora a la semana a través de un trozo de Plexiglas. Gracias Judith por escribirme mucho más de lo que yo soy capaz de responder. Gracias a Salt Lake City simplemente por ser Salt Lake City. Amala o déjala. La gente de mi grupo de apoyo: el mejor grupo de apoyo y los mejores activistas que nunca pude desear a mi lado. Y a NAALPO por ser el grupo más increíble e incansable que lucha por la liberación animal, sin excepción.

Con todo lo expuesto, estoy orgulloso de ser el primer miembro de la Oficina de Prensa del Frente de Liberación Animal en entrar a prisión. Y os aseguro que no es un título de papel. Ultimamente he estado ofreciendo entrevistas a diferentes medios de prensa escrita. Como muchos sabreis, continúo escribiendo ensayos y seguiré haciéndolo mientras siga de juicios y en prisión aquí en Salt Lake City. Y cuando se dicte mi condena, empezaré a escribir un libro o dos. Como un activista encerrado que soy, siento la responsabilidad de ser un ejemplo positivo de activismo continuado. Hay una gran cultura del miedo dentro del movimiento del Frente de Liberación Animal y del Frente de Liberación de la Tierra. Términos como “Green Scare” solo tienen éxito cuando aceptamos el mensaje de que estamos asustados de ser “verdes”, o que deberíamos estarlo. Yo no puedo aceptar eso, y no lo haré. La respuesta correcta al mal y la opresión es la rabia, no el miedo. Pero yo no doy órdenes. No mando. La resistencia sin líderes es el mejor método de lucha, tanto en la lucha legal como la ilegal. Los líderes son parte de una jerarquía que oprime, desvía y esconde su cobardía tras las acciones de otros.

En vez de agachar la cabeza y seguir adelante como si nada, os enseñaré con mis acciones y mis palabras que una persona, que está tan jodida como tú estás, o incluso más, puede hacer algo. Cuando pise esa sala de juicios el 11 de Febrero no solo me representaré a mí mismo, si no que representaré a todos aquellos que apoyan mis acciones. Hablaré para una sala llena de gente. Pero también para futuros activistas. Activistas que o bien se sentirán capaces de salvar vidas de animales en el presente y en un futuro, o activistas en los que habrá cundido el ejemplo de temer a la multitud. Si creéis que dejaría tirado a este movimiento o a los animales, que sería un chaquetero, entonces es que no entendéis para nada la lealtad y la falta de egoísmo de un lobo.

Liberación animal, cueste lo que cueste!

Walter Bond
De la oficina de prensa del Frente de Liberación Animal de Norte América.

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Si queréis escribir cartas de apoyo a Walter:
Walter Bond # P01051760
PO Box 16700
Golden, CO 80402-6700 USA