EN LA PALESTRA


¡No cual débil canción, como anatema,
Sonora ha de vibrar la estrofa mía
En ronca imprecación, con la suprema
Fiereza de mi cólema sombría!
¡Quiero esculpir sobre mi escudo el lema
De toda rebelión y en la agonía,
Mi sangre ha de envolverme como emblema,
En el rojo pendón de la anarquía!
¡Al despertar¡ oh pueblo! en tu desmayo,
Quiero ser tu poeta, y como un rayo
Desatando mi canto redentor!
¡Y entonces, sociedad, tu infame yugo,
Como la testa al hacha del verdugo,
Ha de caer al tajo vengador!
Angel Falco
«El Combate», Montevideo, N°1.
1° de Octubre 1905